Desde hace algún tiempo, la tecnología y la automatización gestionada por Inteligencia Artificial (IA) han comenzado a hacer mella en el sector de la restauración en España. Sin embargo, la verdadera irrupción de los «robots camareros» aún sigue siendo, a día de hoy, un fenómeno poco común. En lugar de ello, sus pioneros y expertos consideran que el robot no debe ser visto como una amenaza, sino como una herramienta que puede ayudar en la gestión diaria del negocio, especialmente en tareas con un bajo valor añadido para el ser humano.
Pese a las procas experiencias con robots camareros en algunos establecimientos, la tecnología desarrollada por empresas pioneras como Futura Vive (antigua ADD), es empleado en otros sectores como el turismo donde la robotización se utiliza como punto de información o para realizar check-ins en hoteles. En contraste, la robótica social en hostelería avanza más lentamente. De igual manera, también se usan en recepciones de empresas o asistencia a personas mayores.
Futura Vive ya distribuyó su primer robot para el mercado en 2018, una visible muestra de su compromiso con la innovación tecnológica. Los robots sociales y humanoides ofrecen diversas posibilidades, pudiendo realizar desde servicios de recepción en empresas hasta asistencia a personas mayores en residencias. Sin embargo, en España, el robot camarero se considera una línea de negocio flojeante.
Además de los escasos casos de restaurantes que utilizan robots camareros, estos autómatas inteligentes han comenzado a ser utilizados en centros académicos, como es el caso de la Universidad Europea de Madrid, que mediante la empresa Sodexo, ha puesto en marcha robots de reparto de menús en su campus de Villaviciosa de Odón.
Cabe destacar que el uso de esta tecnología no solo se limita a la robótica. Algunas cadenas de restauración ya hacen uso de la tecnología Big Data para el desarrollo de sus cartas, de tal manera que pueden anticiparse y trabajar en una oferta gastronómica que se complemente con el control de costes. Es el caso del grupo Restalia, propietario de 100 Montaditos, TGB o La Sureña, que también ha probado con tecnologías como el delivery a través de drones o nuevas formas de pago mediante criptomonedas.
Con todo ello, tecnología y robotización avanzan de la mano en sectores tan tradicionalmente humanos como la hostelería, aunque a paso lento, debido a la predominancia de pequeños y medianos negocios y a una resistencia cultural al cambio. Pero esto no implica que no estén ya presentes y que poco a poco se vayan consolidando como una realidad más común, en un entorno en constante avance y digitalización.








