Cerca de 70 organizaciones ecologistas y animalistas participan en la campaña ‘European Action Wolves’ (Acción europea por los lobos) para exigir que no se rebaje la categoría de protección del lobo. Esta determinación, que está programada para entrar en vigor el 6 de marzo, ha generado un gran debate sobre el futuro de esta especie. La situación se vuelve aún más desesperante dado que las poblaciones de lobos en Europa son, según los conservacionistas, «muy frágiles» y objeto de «numerosos planes de sacrificio».
Reclasificación polémica del lobo
El movimiento en pro de la protección del lobo ha cobrado fuerza tras la votación del Comité Permanente del Convenio de Berna el 3 de diciembre de 2024, donde se aprobó la rebaja del estatus de este animal. De no darse marcha atrás en esta decisión, el lobo perderá su estatus de «estrictamente protegido» y pasará a ser catalogado como «protegido» dentro de tres semanas.
Hasta el momento, solo cinco países, incluyendo el Reino Unido, Albania, Montenegro, Bosnia Herzegovina y Mónaco, se han opuesto formalmente a esta reclasificación. En contraste, los 27 miembros de la UE, incluyendo a España, han apoyado esta medida, lo que ha generado preocupación entre los conservacionistas y ha despertado críticas sobre los riesgos que esta decisión implica tanto para la especie en sí como para los ecosistemas que habita.
Causas y repercusiones de la medida
Un caso emblemático al respecto es el de Suecia, que ha aumentado drásticamente las cuotas de caza del lobo incluso antes de que se validara oficialmente el cambio en su estatus de protección. Esta acción ha llevado a diversas asociaciones a presentar una demanda ante el Tribunal de Justicia de la UE, acusando un «incumplimiento del plazo de aplicación». Dichas acciones son parte de un enfoque más amplio que pone de relieve la complejidad de la relación entre los humanos y la vida silvestre.
Movilización ciudadana a favor del lobo
En respuesta a esta situación crítica, las organizaciones no gubernamentales involucradas han puesto en marcha un plan para movilizar a la ciudadanía. Han lanzado una web específica con el nombre de la campaña, acompañada de un video que presenta mensajes de personalidades públicas que instan a la acción. La idea es que cada persona se sienta tocada y empoderada para actuar y defender a esta especie.
La página invita a los ciudadanos a enviar cartas a miembros del Parlamento Europeo y a los delegados de la Convención de Berna, así como a los ministros de Agricultura y Medio Ambiente de la UE. Además, se alienta a utilizar las redes sociales para difundir la campaña, convirtiendo el emoji del lobo en un símbolo de defensa y apoyo necesario.
Supporte social para la protección del lobo
Los datos son reveladores. Una encuesta realizada en noviembre de 2023 entre residentes rurales de diez países europeos, entre ellos España, ha indicado que la población europea está «mayoritariamente a favor» de proteger a los lobos y otros grandes carnívoros como el lince y el oso. Esto refleja un cambio significativo en la percepción social hacia la conservación de la vida silvestre, lo que podría ser un factor decisivo a medida que se avanza en el proceso de evaluación de políticas de conservación.
La importancia de mantener el estatus de protección del lobo no solo afecta a la especie en sí, sino que también tiene ramificaciones más amplias para el equilibrio de los ecosistemas, en los que estos animales juegan un papel crucial. La conversación sobre la protección del lobo nos invita a reflexionar sobre cómo equilibramos las necesidades humanas y la conservación de la naturaleza, un dilema que requiere un diálogo abierto y comprometido.
A medida que se aproxima la fecha crítica del 6 de marzo, la presión aumenta tanto a nivel político como social. La capacidad de presentar una oposición efectiva a estas decisiones de protección puede definir el futuro no solo del lobo, sino de muchas especies en Europa que se enfrentan a amenazas similares. El tiempo dirá si la voz del pueblo será lo suficientemente poderosa para influir en el cambio.








