Con el inicio de 2025, los alimentos básicos o de primera necesidad vuelven a tener un IVA habitual del 4 %. Este cambio, que se produce en un contexto de cierta **relajación** de la inflación, incluye al aceite de oliva, que se suma al conjunto de productos con un tipo superreducido. Sin embargo, ¿qué implica realmente esta medida para los consumidores y para el sector agrícola?
Un 2024 más tranquilo y previsiones para 2025
Los datos de consumo al cierre de noviembre muestran un crecimiento del gran consumo del **5,7 %** en valor, impulsado por un aumento del volumen del **4,1 %**. Aunque la inflación fue de solo **1,7 %** en el mismo periodo, el **incremento acumulado de precios** en los últimos tres años se mantiene elevado, alcanzando un **22 %**. Esto lleva a los consumidores a prestar más atención a los precios durante sus compras.
Según la consultora, los hábitos de consumo están influenciados por estrategias de «consumo consciente», que se traducen en compras más **selectivas** y **planificadas**, lo que se refleja en un mayor incremento de marcas de distribuidor. Entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024, los españoles gastaron **96.480,2 millones de euros** en productos de gran consumo, de los cuales **38.581 millones** correspondieron a alimentos, con un **6,2 %** de aumento en valor.
Las perspectivas de las empresas
La Asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc ha realizado una encuesta entre empresas de distribución y fabricantes, revelando que el **87 %** de las empresas de distribución y el **72 %** de los fabricantes prevén cerrar el año con un crecimiento en valor. Esta previsión indica un panorama estable, pero también plantea **desafíos** para 2025.
Las principales dificultades identificadas incluyen la incertidumbre sobre el comportamiento del consumidor y la dificultad para prever el trasvase entre marcas de fabricante y marcas de distribuidor. En este sentido, se destaca que el **76 %** de las empresas planean aumentar su actividad promocional para adaptarse a las **fluctuaciones del mercado**.
Recuperación del IVA en alimentos
Ya en octubre de 2024, se reanudó parte de la tasa que se había eliminado al inicio de 2023, en un intento por paliar la inflación en la cesta de compra, que había alcanzado una histórica subida del **16,6 %** en febrero de ese año. Así, el IVA de los alimentos básicos pasó de **0 %** a **2 %**, mientras que los precios de alimentos como la pasta y aceites de semillas incrementaron del **5 %** al **7,5 %**.
En este nuevo marco impositivo, todos los alimentos básicos presentan un IVA del **4 %**, mientras que otros productos como la carne y el pescado tienen un tipo del **10 %**. A esto se suma la inclusión de productos lácteos como el yogur, que también disfrutarán del tipo superreducido.
Impacto en los hábitos de consumo
Es innegable que el contexto económico y la recuperación del IVA afectarán los hábitos de los consumidores. La moderación en el incremento de precios ha permitido cierta tranquilidad en los hogares, aunque muchos aún continúan con una mentalidad de **ahorro** y **cuidado** en el gasto. Esto se traduce en una mayor planificación en las compras y en un incremento del consumo de productos en marcas distribuidoras.
Con todo, el futuro parece tener un trasfondo prometedor. La consultora Circana augura un 2025 con consumidores más confiados y un incremento en el poder adquisitivo, impulsado, entre otros factores, por una posible **reducción en los tipos de interés**. Las empresas, por su parte, identifican nuevas oportunidades de crecimiento, pensando en nuevas maneras de captar la atención del consumidor.
El panorama que se vislumbra en la agricultura y la alimentación es dinámico y lleno de incertidumbres, y podría ser un año crucial para el sector. Mientras los cambios en el IVA y las fluctuaciones de precios continúan siendo un foco de atención, la capacidad de adaptación y la atención a las nuevas tendencias de consumo serán claves para el futuro.








