En un intento por revitalizar e impulsar la economía rural en diferentes partes de España, se está planteando valerse de un recurso inusual pero ahora altamente valorado: la fauna salvaje nativa. Según las diversas fuentes consultadas por Efeagro, incluyendo la Asociación de Turismo Rural de España (Asetur), esta estrategia parece estar dando sus frutos, ya que se ha observado un incremento bastante significativo en la demanda de dicho tipo de turismo, convirtiéndolo en uno de los principales motores económicos de varias regiones.
Un ejemplo destacado de esto es el caso de Monfragüe en Cáceres, donde los buitres son un gran atractivo; o la Sierra de la Culebra en Zamora, donde los ciervos y lobos son protagonistas. Igualmente, en la Sierra Norte de Madrid, las nutrias son muy apreciadas, mientras que en Somiedo, Asturias, los osos pardos atraen a grandes cantidades de turistas.
Esto ha dado lugar a fenómenos turísticos muy particulares, como la observación y fotografía de fauna y el rastreo de mamíferos como el tejón, el lobo, la jineta, el gato montés y la nutria en la Sierra Norte de Madrid. Estas actividades generan un relevante flujo de visitantes que deja ingresos y riqueza en los pueblos, explicó el gerente de Wild Iberia Nature, Omar Also, resaltando el efecto dominó que esto tiene en las comunidades rurales.
Esta afluencia de turistas no solo beneficia a las empresas del sector, sino también a la hostelería y otros establecimientos, de acuerdo con la socia fundadora y guía de Somiedo Experience, Sofía González. Adicionalmente, dicho aumento del turismo conlleva un mayor conocimiento que contribuye a la conservación del medio rural y sus especies, lo cual es visto con muy buenos ojos por las comunidades locales y los protectores del medio ambiente.
En la búsqueda por ofrecer experiencias cada vez más diversas e impactantes, la observación de aves también ha ganado popularidad en lugares como el Parque Nacional de Monfragüe en Cáceres. Los diversos perfiles de visitantes y el notable interés por la ornitología ha llevado a que se configuren nuevos itinerarios para la observación de aves, indicó la directora técnica del parque, Carmen Martín.
Así, la fauna salvaje se convierte en un valioso catalizador para el turismo rural, generando actividad económica y manteniendo el medio rural vivo y activo en una auténtica sinergia que beneficia tanto al entorno como a sus habitantes.