La Estrategia Nacional de Alimentación (ENA) de España ha tomado un papel protagónico en la nueva legislatura de la Comisión Europea. Este marco estratégico, actualmente en fase de negociación, busca moldear las políticas públicas agroalimentarias en un entorno marcado por desafíos como el cambio climático. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado en León que España quiere «dejar huella» en esta política agroalimentaria.
La ENA pretende impulsar la agroalimentación sostenible, respondiendo a las actuales exigencias de producir más, mejor y de modo sostenible. Según Planas, la estrategia busca desarrollar herramientas que mitiguen las incertidumbres asociadas a la alimentación y diseñar la dirección de todo el sector agroalimentario en los próximos años.
Las aportaciones para la Estrategia Nacional de Alimentación no sólo están llegando desde el Ministerio, sino también de agentes del sistema agroalimentario, del ámbito universitario, centros tecnológicos, fundaciones, asociaciones ecologistas y de consumidores. Hasta la fecha, el Ministerio ha recibido un total de 55 aportaciones y se espera que lleguen muchas más.
Paralelamente, se han realizado más de 30 reuniones con organizaciones y asociaciones relacionadas con la alimentación, y se espera que se celebren aún más antes de final de año. Además, el Ministro Planas ha solicitado a los consejeros de las comunidades autónomas su colaboración para contribuir a la redacción de esta estrategia.
La propuesta final de la ENA se espera para antes de final de año y se presentará al Consejo de Ministros a principios de 2025. Según el Ministro Planas, la ENA se basará en lo que ha denominado como «el triángulo mágico» de los alimentos españoles: calidad, seguridad e innovación. Estos tres pilares han permitido que la balanza comercial agroalimentaria española tenga un superávit de cerca de 18.000 millones de euros, consolidando a España como un líder en el sector.