El sector vitivinícola español se enfrenta a un ajuste en las estimaciones de la cosecha para este año. Según informa el consejo sectorial de vino de Cooperativas Agro-alimentarias de España, la producción final se estima ahora en 37.036.500 hectolitros, lo que supone una reducción del 7% respecto a previsiones realizadas tres meses atrás. A pesar de este descenso, las cifras todavía son un 14,5 % superior a la cosecha final de 2023, cuando la sequía provocó un rendimiento particularmente bajo de 32 millones de hectolitros.
Detrás de esta actualización se encuentra una severa sequía que ha afectado con especial dureza al este de España. Esto se ha compensado parcialmente por producciones medias en Castilla-La Mancha y Extremadura. De hecho, de acuerdo con las estimaciones de Cooperativas, Castilla-La Mancha ha encabezado la producción con 23 millones de hectolitros, cifra que supera en un 30% a la del año anterior. Esta región ha disfrutado de un clima caluroso y seco que ha favorecido la salud de la uvas hasta casi el final de la vendimia.
Por su parte, Extremadura espera una producción de 3.4 millones de hectolitros gracias a las lluvias que han permitido recuperar parte de las viñas afectadas por la sequía en años anteriores. Sin embargo, la situación ha sido muy irregular en Cataluña, con severos daños por la falta de agua en Priorat y Terra Alta, aunque las lluvias de primavera han permitido salvar las cepas en la zona de Cava. En contraste, La Rioja ha enfrentado una campaña difícil y corta debido a las lluvias de septiembre, las tormentas aisladas y los abruptos cambios de temperatura.
En resumen, aunque en algunas regiones la sequía ha golpeado duramente, en otras las condiciones han sido más favorables, logrando en general una producción respetable aunque menor a las previsiones iniciales.