El desarrollo de la industria agroalimentaria española en China va en ascenso pese a la «tensión geopolítica». En un reciente encuentro de sectores agroalimentarios de ambos países, las profesionales trataron de profundizar en el entendimiento de sus respectivas industrias y mercados, en un contexto marcado por estas tensiones que pueden afectar al comercio bilateral.
Pekín fue la anfitriona del
‘#SpainFoodNation Summit’
, un evento único realizado solamente en cuatro países (China, EE. UU., Reino Unido y Japón), promovido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España y el ICEX. Con ello, buscan que los productos españoles penetren en mercados claves. El foco del cónclave fue destacar la potencia del sector agroalimentario español, cuyas exportaciones superó los 70.000 millones de euros en 2023, convirtiéndolo en el cuarto exportador dentro de la Unión Europea y el tercero hacia China fuera del mercado comunitario.
Este encuentro contó con la participación de representantes diplomáticos españoles en China. Escenificaron la necesidad de salvaguardar los productos españoles de estas tensiones, haciendo referencia a las supuestas investigaciones ‘antidumping’ de las autoridades chinas en los sectores porcinos, lácteos y de brandy, calificando estas acciones como «injustas».
La industria porcina española destaca en este contexto, con ingresos superiores a 1.160 millones de euros por ventas al exterior en 2023, pese al conflicto comercial existente. Los aranceles impuestos a la industria china de vehículos eléctricos, tras una investigación que inició la Comisión Europea por supuestas subvenciones, pusieron el foco sobre las ventas de cerdos de España. Pero no es el único sector bajo la lupa, otras categorías de exportación como el aceite de oliva, productos lácteos y vinos y cervezas también forman parte de la estrategia para ampliar el comercio con China.
Por otro lado, también se discutió la importancia de ofrecer una «experiencia y narrativa» al consumir los productos españoles en China. Se destacó la necesidad de desplazar la percepción común de la dieta mediterránea y el aceite de oliva como estándares de salud, elementos gastronómicos españoles que no se han aprovechado plenamente ni sido entendidos por el consumidor chino. En cuanto a los vinos, se discutió sobre la necesidad de clarificar su imagen en China y diferenciarlos de otros países a través de eslóganes que transmitan la idiosincrasia española.