La problemática del desperdicio alimentario es una realidad que alcanza a todos los productos, incluidas las frutas y las hortalizas. Se tira demasiada comida y se desaprovecha mucho de lo que producimos, problemática que se ve aumentada en los productos perecederos si no se hace una compra planificada. Afrontar este desafío implica armarse de estrategias y la voluntad de cambiar hábitos y comportamientos.
Una de las maneras más eficaces de combatir este problema es planificar las compras y la alimentación. Organizar los menús semanales puede ser de mucha ayuda para controlar la cantidad de productos que se adquieren y disminuir así la generación de desperdicio.
Prestar atención al aspecto de las frutas y las hortalizas también resulta clave: comprender que un artículo puede presentar imperfecciones naturales y que ello no implica que esté malo puede minimizar la cantidad de alimentos que terminan en la basura.
Uno de los recursos más valiosos para evitar el desperdicio es el congelado. Muchas frutas y hortalizas, que quizás no vamos a consumir al instante, se pueden conservar de manera óptima en bolsas de congelado. El juego de temperaturas nos proporcionará productos ‘frescos’ cada vez que los necesitemos.
Otra estrategia popular contra el desperdicio alimentario es la donación. Hay muchas organizaciones y bancos de alimentos que reciben donaciones de aquellos productos que no se van a vender en el mercado. Durante 2023, los bancos de alimentos distribuyeron un total de 138.046 toneladas de alimentos entre las entidades sociales que atendieron a 1.187.976 personas.
A pesar de estos esfuerzos, los datos alarmantes nos indican que los hogares españoles desperdiciaron un total de 1.183 millones de kilos o litros durante 2023, representando un incremento del 1,1% en comparación con el año anterior, según el Informe sobre desperdicio alimentario en 2023 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Ajustar nuestras costumbres cotidianas, adoptar nuevas estrategias y tomar consciencia sobre la importancia de cada alimento que llega a nuestras manos son algunas de las claves para luchar contra el desperdicio alimentario.