La aprobación definitiva de la Ley de Restauración de la Naturaleza por parte de la Unión Europea (UE) ha suscitado conmoción y preocupación entre las organizaciones agrícolas. Las principales reticencias surgen en torno a cómo se financiarán las medidas destinadas a la recuperación de los ecosistemas.
Las voces agrícolas se reparten entre los que critican abiertamente la Ley y aquellos que manifiestan malestar. Entre las primeras, se encuentran las declaraciones de los representantes de la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (Asaja) y la Unión de Uniones, quienes condenan por completo la legislación respaldada por el Consejo de la UE. Sin embargo, desde el COAG y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se ha evidenciado preocupación más que descontento radical.
La Ley de Restauración, la cual ha sido cuestionada considerablemente por el sector agrícola y encausó las protestas agrarias pre-electorales, presenta según su críticos tres problemas fundamentales: la falta de claridad sobre cómo se va a financiar la restauración que promueve; la omisión de referencias a las exigencias a los países terceros y a las «cláusulas espejo»; y la responsabilidad de los países que podría generar desigualdades.
Además, la ley podría tener consecuencias adversas para aquellos países con políticas más ambientalistas. En el caso de España, que tiene un 39 % de su superficie en áreas sensibles o protegidas, existe interés por saber si se aplicarán las mismas exigencias a los productos de terceros países. Con la puesta en marcha de esta ley, los agricultores deberán realizar cambios en las tierras afectadas.
Las declaraciones del secretario de relaciones internacionales de la UPA ponen de manifiesto que no pueden «aceptar que la restauración de la naturaleza recaiga solo sobre las espaldas de los agricultores», quienes «cuidan el medioambiente día a día». Desde su punto de vista, aún quedan interrogantes por resolver, como la financiación de las medidas. Asimismo, pide una atención especial a la agricultura familiar.
En resumidas cuentas, la polémica en torno a la Ley de Restauración de la Naturaleza es patente. Mientras algunos sostienen que es perjudicial tanto para la agricultura, la ganadería y la naturaleza, otros solicitan al Partido Popular Europeo que «cumplan lo prometido durante la campaña electoral» y intenten suprimir ese norma en la Eurocámara.