La inflación de los alimentos y las bebidas no alcohólicas ha venido manifestando un comportamiento ascendente en los últimos tiempos. Según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el incremento que experimentó en el pasado mes de marzo fue del 4,3 % en comparación con el mismo mes del año anterior. Este dato representa una moderación de un punto en la tasa interanual.
A lo largo del mes de marzo, el Índice de Precios de Consumo (IPC) experimentó una ligera alza en su tasa mensual, situándose en el 0,1%. Asimismo, la subida acumulada en lo que llevamos de año asciende al 0,6 %. Esta información, difundida por el INE este viernes, confronta lo que muchos consumidores han podido percibir a la hora de llenar la cesta de la compra.
Contrastando estos datos con los correspondientes a la inflación global, se observa que la inflación de los alimentos supera a la tasa general del IPC. Si bien la tasa general de inflación ha sido del 3,2 %, la inflación específica en alimentos y bebidas no alcohólicas se encuentra un punto por encima, alzándose al 4,3 %.
Es preciso añadir que en su tasa mensual, el IPC ha mostrado un crecimiento del 0,8 %. Este es un dato que enciende luces de alarma, pues un incremento sostenido en la tasa mensual de inflación puede traducirse en una pérdida del poder adquisitivo de los consumidores.
Los datos presentados por el INE constituyen una radiografía reveladora de cómo las tensiones inflacionarias han ido ganando terreno en el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas. Seguirán estrechamente monitorizándose en los próximos meses, dado el impacto que tienen en la economía familiar y en la evolución del consumo de los hogares. El desarrollo de estas tendencias en un contexto económico todavía marcado por la incertidumbre refuerza la necesidad de medidas que protejan a los consumidores y fomenten la estabilidad en los precios.
