La tractorada organizada por APAG Extremadura Asaja culminó su largo recorrido este lunes en Bruselas, tras siete días de viaje por más de 2.000 kilómetros. Este evento, que comenzó el 1 de abril en Mérida, no solo fue un desplazamiento de tractores, sino un clamor a favor de la agricultura española ante los eurodiputados europeos. La caravana, que incluía tres tractores y un coche de apoyo, se presentó en la capital belga con una pancarta que proclamaba: ‘Salvar el campo, salva Europa’.
Reuniones clave para el futuro de la agricultura
Durante su estancia en Bruselas, los agricultores extremeños se reunieron con varios eurodiputados españoles, incluyendo representantes del PP y VOX. Sin embargo, una de las sorpresas más relevantes fue el encuentro con el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont. Los miembros de APAG Extremadura Asaja aprovecharon esta oportunidad para trasladar sus inquietudes sobre la próxima reforma de la Política Agraria Común (PAC) que está en proceso y se espera que sea adoptada en 2028.
En palabras de Juan Metidieri, presidente de APAG Extremadura Asaja, “es el momento de que se escuche nuestra voz”, refiriéndose a la necesidad de una mayor inversión en el sector agrícola. Si bien se mencionó la intención de simplificar los procedimientos en la PAC, muchos agricultores sienten que la realidad se aleja de este ideal, redundando en una mayor burocratización.
Inquietudes sobre políticas agrícolas
Entre sus principales reivindicaciones, los agricultores manifestaron su oposición a reformas como la Ley de Restauración de la Naturaleza y el Pacto Verde. Criticaron el hecho de que con estas políticas, en lugar de avanzar, se están drenando recursos vitales para la agricultura, limitando sus áreas de cultivo. Pedro Llanos, agricultor extremeño y miembro de APAG, subrayó que estas políticas “nos están quitando campos de cultivos” y complicando su forma de vida.
Un punto crucial de la conversación fue la petición de cláusulas espejo en los acuerdos comerciales que la Unión Europea mantiene con terceros países. Los agricultores expresan que estas cláusulas deben garantizar que las normativas europeas no se vean superadas por las condiciones de producción más laxas en otros países, lo que podría perjudicar su capacidad de competir.
Un viaje con apoyo y solidaridad
Desde el comienzo de la travesía en Mérida, los agricultores recibieron un aluvión de apoyo en cada parada. A su paso por ciudades como Badajoz, Cáceres, y Logroño, la gente los acogió con entusiasmo. “Los agricultores nos decían que si teníamos que venir todos, vendremos”, compartió Metidieri, reflejando el espíritu solidario que imperó durante el trayecto.
El grupo no olvidó rendir homenaje a la riqueza gastronómica de su región. En un gesto simbólico, repartieron productos típicos extremeños, como aceite de oliva y vino, en un intento de destacar la calidad del trabajo agrícola que se realiza en Extremadura. Este tipo de iniciativas, además de celebrar la cultura agrícola, también pretenden resaltar la importancia de la agricultura en la economía regional y nacional.
Hacia un futuro incierto
Los agricultores advierten que las políticas europeas pueden estar comprometiendo su futuro. “Quieren que produzcamos de la misma manera que terceros países, pero con la diferencia de que estos cuentan con menos restricciones en el uso de productos fitosanitarios”, señalaron. Esto no solo afecta la rentabilidad de las explotaciones, sino que también pone en riesgo su forma de vida.
La tractorada ha sido una llamada de atención que clama por una reevaluación de las políticas agrícolas europeas. Con un viaje que ha suscitado tanto fervor y solidaridad, es fundamental que se preste atención a las voces de quienes trabajan en el campo. La pregunta que queda por resolver es: ¿lograrán los agricultores que sus necesidades sean finalmente escuchadas en Bruselas? En un contexto en el que la agricultura enfrenta múltiples desafíos, el futuro dependerá de la capacidad para unir fuerzas y defender un sector vital para la sociedad.