La provincia de Jaén sigue avanzando en la transformación de su olivar, con un enfoque claro en la modernización y la rentabilidad. Con aproximadamente 1.600.000 hectáreas de olivar en total, de las cuales más de un millón son de secano, la necesidad de adaptar los métodos de producción es evidente. Actualmente, la reconversión de las explotaciones tradicionales se ha convertido en una prioridad, tanto para los oleicultores como para los expertos del sector.
Un crecimiento imparable en la reconversión
Cada año, alrededor de 8.000 hectáreas de olivar tradicional se convierten en intensivo, y en menor medida, en superintensivo o en seto. Este proceso se acelera en las zonas productoras, donde se busca no solo una mayor productividad, sino también una reducción significativa de la dependencia de la mano de obra. Esto es esencial en un contexto donde los costos de producción deben ser cada vez más competitivos.
El gerente de Carmonagro, Francisco Carmona, señala que este cambio es "una revolución inevitable" ya que los agricultores buscan maximizar su rentabilidad. Durante su visita a la finca Casillas, cercano a la capital jiennense, subrayó cómo la instalación de explotaciones de olivar intensivo está transformando el paisaje agrícola local. Este movimiento responde a la necesidad de adaptar la agricultura a las nuevas realidades económicas y laborales.
Eficiencia en la recolección del olivar
La recolección en un olivar en seto es notablemente eficiente. Según Carmona, una hectárea se puede cosechar en solo dos horas y media con una máquina. En comparación, el olivar tradicional requiere entre ocho y diez personas para realizar la misma tarea en un día completo. Esta drástica reducción en la necesidad de mano de obra es clave, especialmente dado el actual déficit de trabajadores en el campo.
Hasta ahora, se estima que en Jaén existen alrededor de 6.000 hectáreas dedicadas al olivar en seto, una modalidad que optimiza el uso de recursos y mejora la eficiencia en la recolección. Sin embargo, no todo el olivar es fácilmente reconvertible. Las explotaciones de secano, que comprenden más del 60% del total en Andalucía, enfrentan desafíos significativos.
Desafíos en la reconversión del olivar tradicional
A pesar de los beneficios de la reconversión, hay limitaciones que deben ser consideradas. El analista agronómico Juan Vilar destaca que la transformación del olivar tradicional encuentra obstáculos en el tamaño de las explotaciones y en el manejo del agua. Muchas de ellas son pequeñas, con una media de 0,6 hectáreas, lo que dificulta la modernización del cultivo.
Por otro lado, la preocupación por el déficit hídrico también es un tema recurrente en las discusiones del sector. Francisco Carmona reconoce este desafío pero sostiene que existen ejemplares de explotaciones de secano que han logrado adaptarse a las nuevas técnicas de cultivo. Ejemplos en localidades como Porcuna y Arjonilla señalan que la transformación es posible incluso en condiciones difíciles.
La mirada hacia el futuro del olivar
Luis Carlos Valero, portavoz de Asaja en Jaén, enfatiza la necesidad de continuar haciendo la reconversión donde sea viable para mejorar la competitividad del sector. Al mismo tiempo, sigue habiendo inquietudes sobre el futuro del olivar tradicional, especialmente cuando se considera que el 45% del aceite de oliva mundial proviene de olivares que pueden ser mecanizados.
La delegada de Agricultura, Soledad Aranda, también aboga por la modernización del olivar, subrayando la importancia de hacer rentables estas explotaciones para asegurar su viabilidad en un mercado en constante evolución. Esta búsqueda de competitividad se manifiesta de diversas formas, desde la adopción de nuevas tecnologías hasta la optimización del suministro de recursos, especialmente el agua.
La transformación del olivar en Jaén es un fenómeno que invita a la reflexión sobre la sostenibilidad y la eficacia en la producción agrícola. La modernización no solo busca hacer el cultivo más rentable, sino que también plantea preguntas sobre el futuro del paisaje agrario y la preservación de tradiciones. Con un horizonte lleno de retos y oportunidades, el olivar sigue siendo un tema candente en el debate agrícola, invitando a todos a pensar en cómo gestionar este recurso valioso de manera adecuada y sostenible.