El crecimiento de las marcas de distribuidor en los hipermercados y supermercados ha resultado en una "destrucción acumulada de valor añadido" de 1.792 millones de euros en el gran consumo entre 2019 y 2023. Este dato proviene de un estudio que ha generado un importante debate en la industria alimentaria, particularmente en un contexto donde el consumidor tiende hacia opciones más económicas.
Un impacto notable en el valor añadido
El informe revela que cada euro gastado en estos canales de distribución generaba en 2019 0,21 euros de valor añadido, mientras que en 2023 esta cifra ha caído a 0,19 euros. Este descenso del 10 % en el valor añadido por cada euro se traduce en pérdidas acumuladas de casi 1.800 millones de euros. Este cambio ha sido atribuido principalmente al aumento en la compra de marcas blancas, las cuales suelen ser más asequibles, en detrimento de aquellas que ofrecen mayor valor agregado.
El director de Evaluación Publicitaria y Marca y de Medición de Audiencias de Ipsos España, Toni Seijo, quien llevó a cabo esta investigación de manera independiente, ha señalado que este trasvase hacia la marca blanca es una tendencia significativa que refleja las preferencias actuales de los consumidores.
El rol de las marcas de fabricante
Por otro lado, el análisis indica que mientras las marcas de fabricante representaron un 7,5 % del PIB en 2023, las marcas de distribución alcanzaron un 3,3 %. Esta diferencia ha permanecido constante a lo largo de los años. Curiosamente, aunque el peso de las marcas de fabricante en el PIB apenas ha variado desde 2019, el de las marcas de distribución ha aumentado en 1,3 puntos porcentuales.
En términos de valor añadido, las marcas de fabricante proporcionaron un 2,05 % al PIB español en 2023, en contraste con el 0,34 % de las marcas de distribuidor. Esto plantea interrogantes sobre el futuro del sector y su capacidad para adaptarse a las nuevos hábitos de consumo.
Generación de empleo por las marcas
En relación al empleo, las marcas de fabricante han generado en 2023 un total de 1.377.000 empleos, lo que representa el 65 % del empleo en el sector de gran consumo y el 6,3 % del total de empleo en España. Esta cifra ha permanecido estable en los últimos cinco años, a pesar del crecimiento de las marcas de distribuidor, que generaron 719.000 empleos, equivalente al 52 % del empleo que producen las marcas de fabricante.
El estudio subraya además que de los empleos generados por las marcas de fabricante en 2023, 547.000 son directos y 830.000 indirectos. Este impacto en la economía resalta la relevancia de las marcas de fabricante en la creación de empleo, aunque se podría argumentar que este número podría ser aún mayor si no hubieran perdido valor añadido.
Incorporación de la mujer en el sector
El análisis también destaca una creciente incorporación de mujeres en los puestos de trabajo generados por las marcas de fabricante, con un aumento del 13 % entre 2019 y 2023, llegando a 540.000 trabajadoras en 2023, lo que corresponde al 39,2 % del total. Aún así, el porcentaje de hombres sigue predominando con un 60,8 % de los empleos.
Además, se han creado 96.000 puestos de trabajo para jóvenes de entre 16 y 25 años en 2023, lo que representa un incremento del 38 % en comparación con 2019. Esta estadística no solo muestra la dinámica del mercado laboral, sino también la importancia de atraer a las nuevas generaciones hacia el sector alimentario.
Perspectiva de futuro y confianza del consumidor
En el evento donde se presentó el estudio, la secretaria de Estado de Comercio, María Amparo Lopez-Senovilla, destacó que la marca país se construye a partir del talento, la innovación y la generación de empleo. También enfatizó en la capacidad de las marcas para generar confianza en el consumidor y su rol como motores que impulsan otros sectores asociados a su marca.
El estudio invita a reflexionar no solo sobre el impacto económico de las marcas en el sector del gran consumo, sino también sobre el futuro de la industria alimentaria en un contexto que sigue evolucionando. A medida que los consumidores cambian sus hábitos, las marcas enfrentarán el reto de adaptarse y seguir siendo relevantes en un mercado cada vez más competitivo.