La polilla del racimo de la vid, científicamente conocida como Lobesia botrana, es vista como una plaga perjudicial para los viñedos debido a los daños significativos que puede infligir en la cosecha, afectando tanto a la calidad como a la producción finales. Sin embargo, la Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca de la Comunidad Valenciana ha iniciado una campaña enérgica y respetuosa con el medio ambiente para proteger a los valiosos viñedos de esta amenaza considerable.
La esencia de este método de protección reside en el control de plagas utilizando la técnica de confusión sexual. En este abordaje, se cubren los viñedos con emisores artificiales de las feromonas sexuales de la hembra de la polilla, saturando así el ambiente cercano al cultivo de viñas. Consecuentemente, los machos de la especie se ven incapaces de detectar las feromonas naturales emitidas por las hembras, dificultando su apareamiento y propiciando la denominada confusión sexual.
Desde 2022, la Conselleria ha respaldado a los agricultores suministrando el 50% de los emisores de feromonas necesarios para aquellos que justifiquen la compra del 50% restante. En el año 2024, se repartieron más de 3,1 millones de dichos difusores, algo que, con la contribución de los agricultores, ha permitido salvaguardar hasta ahora unas 21.000 hectáreas de viñedo.
Este método, que se encuentra autorizado tanto en agricultura convencional como en producción ecológica, ha supuesto más de 1,4 millones de euros de inversión al año. El nivel de efectividad logrado con esta técnica es altamente respetable, más aún cuando se efectúa a lo largo de varias campañas consecutivas, logrando así un efecto de control acumulativo sobre la plaga.
Además, este tratamiento contribuye al cumplimiento de los objetivos establecidos en la Directiva 128/2009 de uso sostenible de plaguicidas. Esto se debe a que propicia la utilización de métodos de gestión de plagas con un bajo consumo de plaguicidas, reduciendo su uso en más de un 83%. Además, al ser una técnica específica, no afecta de forma perjudicial ni a los insectos beneficiosos, ni a la fauna local, ni tampoco a los agricultores.
Por último, este abordaje también ha mostrado resultados prometedores contra otra plaga importante de la uva de mesa, conocida popularmente como el melazo de la vid (o Planococcus ficus). Para ello, se ha empleado la misma técnica de confusión sexual utilizando un producto fitosanitario recién aprobado para tal fin.