La incertidumbre sobre los posibles aranceles a las importaciones alimentarias ha hecho que la industria conservera se mobilice. Ante este panorama, la asociación de fabricantes de conservas y transformados de pescado, Anfaco, ha comenzado a trabajar en diferentes escenarios mientras mantiene la esperanza de que las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos logren evitar un desenlace negativo.
El impacto de EE. UU. en la industria conservera
Estados Unidos se ha convertido en un mercado priorizado para la industria alimentaria española, especialmente para el sector transformador de productos del mar. En 2024, la exportación de preparaciones y conservas de pescados y mariscos hacia este país superó los cien millones de euros en valor y las 9.000 toneladas, abarcando productos como pulpo, sepias, calamares y mejillones. Esta cifra resalta la importancia del mercado estadounidense para el sector alimentario español.
El secretario general de Anfaco, Roberto Alonso, ha expresado su preocupación ante el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre nuevos aranceles a las importaciones agrícolas que entrarían en vigor desde el 2 de abril. Esta política podría afectar de manera significativa a los productos del mar españoles, un sector que ya ha visto los efectos negativos de medidas comerciales en el pasado, vinculado a disputas ajenas.
Navegando un camino incierto
A pesar de la tensión en el ambiente comercial, Alonso ha pedido mantener la “prudencia y cierto optimismo”. Por un lado, destacó que hay un proceso de negociación y diálogo entre la UE y EE. UU. que podría frenar la implementación de aranceles. Por otro lado, el reconocimiento global de la calidad de los productos del mar españoles es un factor positivo que ayuda a mitigar el impacto potencial de las decisiones políticas.
Sin embargo, Alonso también subrayó que aún permanece la incertidumbre sobre cómo podrían implementarse esos eventuales aranceles a la alimentación y si existirán excepciones que ofrezcan un respiro al sector. En este sentido, el trabajo en la diversificación de mercados se ha intensificado, fortaleciendo la internacionalización y explorando nuevas oportunidades más allá del territorio estadounidense.
La respuesta proactiva de Anfaco
La actual situación ha llevado a Anfaco a intensificar sus esfuerzos por fortalecer la presencia en mercados nuevos. “Estas noticias generan incertidumbre”, reconoció Alonso, quien enfatizó la necesidad de estar preparados ante cualquier eventualidad. La asociación está determinada a no dejarse desanimar y busca nuevas vías que permitan a la industria conservera seguir creciendo, a pesar de las dificultades que se presentan.
Esta situación plantea un dilema importante: ¿cómo debería la industria adaptarse a las fluctuaciones del comercio internacional y a los cambios en las políticas comerciales? Uno de los enfoques es la inversión en innovación y mejora de métodos de producción, que permitirían a las empresas no solo ser competitivas, sino también responder ágilmente a los desafíos que se avecinan.
Es esencial mantener un enfoque claro en las oportunidades que trae la globalización, así como aprender a navegar en un entorno comercial cambiante. Aunque el futuro puede parecer incierto, la capacidad de adaptación y la búsqueda constante de nuevas alianzas son claves para el desarrollo sostenible del sector. Estaremos atentos a cómo se desarrollan las conversaciones entre la UE y EE. UU. y cuál será su impacto en la agricultura y en la industria alimentaria en su conjunto.