Varios centenares de veterinarios se dieron cita este miércoles en Madrid, donde realizaron una concentración frente a la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Este evento fue convocado para pedir la derogación del Real Decreto 666/2023, que regula el uso de medicamentos veterinarios. Sin embargo, la problemática abordada por los profesionales supera esta normativa, abarcando también otras preocupaciones como la reducción del IVA y su dependencia del Ministerio de Sanidad.
Quejas sobre la regulación actual
Los veterinarios han expresado su descontento respecto a una legislación que consideran «ineficaz y perjudicial». Aseguran que este marco normativo limita su capacidad para ofrecer tratamientos adecuados y, por consiguiente, afecta la recuperación de los animales. En particular, han criticado la restricción en la aplicación de ciertos fármacos, lo que genera retrasos en los tratamientos y afecta tanto a animales como a sus dueños.
En este contexto, la portavoz del Colegio de Veterinarios de Madrid y de la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (Fesvet), Tania Oncins, leyó un manifiesto en el que reclama «una regulación justa y responsable de los medicamentos» para defender tanto la salud animal como la profesión veterinaria. Destacó que la normativa actual no solo dificulta la atención adecuada de los pacientes, sino que también impone una carga burocrática desproporcionada, como el registro obligatorio de antibióticos a través de la herramienta PresVet, sin que estos procedimientos generen mejoras verificables en la gestión de fármacos.
Reivindicaciones clave
Los veterinarios exigieron el regreso a la práctica de suministrar los medicamentos necesarios hasta completar los tratamientos, tal como se realiza en la mayoría de los países de Europa. Para ello, plantean que es esencial modificar el Real Decreto 1/2015 de Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos. Este enfoque, según los profesionales, contribuiría a mejorar la eficacia de los tratamientos que reciben las mascotas.
Asimismo, entre sus demandas se encuentra la reducción del IVA que actualmente se aplica a los servicios veterinarios, estableciéndolo en un tipo más reducido en lugar del 21 % actual. «En definitiva, exigimos una regulación justa, realista y responsable que nos permita seguir protegiendo la salud animal y, con ello, la salud pública», concluyó Oncins.
La voz de la Confederación Empresarial Veterinaria Española
En este sentido, el presidente de la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE), Sebastià Rogers, afirmó que las manifestaciones buscan abordar una cuestión de salud pública. Criticó la visión que el Ministerio de Agricultura tiene sobre los animales, a la que calificó de «más mercantilista y menos en pro de la salud». Para él, es un agravio histórico que el sector no esté bajo la tutela del Ministerio de Sanidad.
Esta inquietud ha crecido especialmente debido a la obligación de utilizar la herramienta PresVet para registrar cada antibiótico prescrito, lo que ha sido considerado como un factor que ha desatado un aumento en las reivindicaciones del sector. Los veterinarios están decididos a no cesar en su lucha hasta conseguir la derogación del decreto 666/2023 y que las normas se ajusten al reglamento europeo.
Protestas continuas y lucha por el diálogo
El mensaje de los veterinarios es claro: continuarán protestando hasta que logren establecer un diálogo con el Ministerio de Agricultura. Manifiestan su indignación por la falta de comunicación y se muestran decididos a llevar su mensaje a través de futuras movilizaciones.
«No vamos a cejar hasta que consigamos que hablen con nosotros y que consideren las partes técnicas y científicas que requiere una legislación de este tipo», afirmaron. Como profesionales de la salud animal, ven su labor como esencial, no solo para el bienestar de los animales, sino también para el bienestar general de la salud pública.
A medida que esta situación se desarrolla, resulta fundamental seguir atentamente el desarrollo de las propuestas e iniciativas que se presentan en la esfera política y social. La salud animal y su regulación son temas que no solo afectan a los veterinarios, sino que tienen implicaciones significativas para toda la sociedad, y es crucial un abordaje equitativo y eficaz que responda a las necesidades de todos los involucrados. En un sector que se encuentra en constante evolución, la búsqueda de una solución armoniosa podría marcar el camino hacia un futuro donde la salud animal sea prioridad sin comprometer la calidad del servicio.