La Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) anticipa que la legislación inminente contra el desperdicio alimentario ayudará a mejorar la eficacia de la recolección y distribución de alimentos, especialmente después de los recortes recientes que han sufrido.
Pedro Llorca, el presidente de Fesbal, ha destacado que «los bancos de alimentos han sido siempre los principales campeones en la lucha contra el desperdicio», mediante la recuperación de excedentes alimentarios. En la opinión de Llorca, no es aceptable que estemos destruyendo alimentos que podrían consumirse. Para evitarlo, los productores, distribuidores y transformadores tienen que cumplir con un conjunto de requisitos.
La próxima ley para la prevención de pérdidas y desperdicio alimentario, actualmente en proceso de aprobación, «facilitará» la recolección de excedentes de la industria y distribución alimentaria. Los bancos de alimentos tendrán que firmar convenios de colaboración con las empresas que van a donar, y establecerán las cantidades disponibles y la fecha de caducidad próxima. De esta manera, los bancos de alimentos podrán analizar su capacidad para hacerse cargo de esos productos y distribuirlos entre las entidades benéficas, que atienden directamente a las personas necesitadas.
Además, Fesbal está desarrollando una plataforma digital con el objetivo de garantizar el cumplimiento de la norma y optimizar la gestión de los excedentes. Para ello, ha recibido una subvención de 1,3 millones de euros financiada por los fondos de recuperación europeos. Sin embargo, se espera que este año los bancos de alimentos dejen de recibir 24 millones de kilos de alimentos, lo que supone un 20% de lo que distribuyeron en 2023, debido a los cambios en el sistema de distribución de asistencia alimentaria para personas vulnerables.
La Fesbal está trabajando para adaptarse a una nueva realidad. La donación parece haber descendido algo, entre otros factores, a causa de la inflación de los alimentos, que ya causó un descenso del 7,5% en la cantidad de alimentos distribuidos por los bancos de alimentos en 2023. No podemos permitir que los más vulnerables dejen de recibir la ayuda alimentaria, por ello se está buscando soluciones y trabajando activamente en la Gran Recogida de noviembre para «responder rápidamente y atenuar el impacto negativo que puede tener en las familias esta situación».
«Estamos poniendo toda la carne en el asador para atender las necesidades de 1,2 millones de personas en situación precaria«, concluye Llorca.