La Unión Europea ha aprobado recientemente una directiva que modifica las normativas en relación con la miel, los zumos de frutas y las confituras para proteger su composición y procedencia. Esto representa un paso importante en los esfuerzos por asegurar la calidad de los productos y combatir el fraude en la industria alimentaria.
En relación con la miel, decisiones relevantes han sido tomadas para prevenir la venta de miel adulterada en la Unión Europea. Se ha enfatizado la necesidad de otorgar a la Comisión Europea (CE) la competencia para garantizar la autenticidad y calidad de la miel. En este sentido, la nueva directiva exige especificar en la etiqueta el país de origen de la miel en orden descendente en función del porcentaje de miel originada en cada país. Si la miel procede de más de cuatro países de origen, solo se indicarán las cuatro partes principales, siempre y cuando representen más del 50 % del total.
Asimismo, para los zumos, el enfoque se ha centrado en aclarar las normas referentes a la declaración de los azúcares existentes. Esto proviene de una preocupación de que es poco claro para los consumidores y profesionales de la salud que a diferencia de los néctares, los zumos de frutas no pueden contener azúcares adicionados. Esta directiva establece una norma especial para la declaración voluntaria de que los zumos solo contienen azúcares naturalmente presentes.
La directiva también aborda la producción, composición y etiquetado de confituras, jaleas, mermeladas y cremas. Una de las metas es mejorar la información sobre el origen de los productos en las etiquetas para apoyar elecciones bien fundamentadas por parte de los consumidores. En consecuencia, la CE es instada a presentar un informe que evalúe la viabilidad de las distintas opciones de etiquetado que indiquen el país de origen de la fruta usada en la elaboración de estos productos.
Este cambio normativo entrará en vigencia en un plazo de 20 días y será revisado por la CE un máximo de 36 meses después de su entrada en vigor.