Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el índice mundial de precios de los alimentos no ha experimentado grandes variaciones durante su último registro, situándose en un promedio de 120,8 puntos para el mes de julio. Este valor representa una estabilidad relativa y, en comparación con el mismo período de 2023, una disminución del 3,1%.
Este indicador se encarga de observar las modificaciones mensuales de los precios internacionales de una variedad de productos alimentarios. En julio, a pesar de una revisión de su cifra en junio a 121,0 puntos, se pudo constatar una estabilidad en el conjunto general de precios. En esto influyen diversos factores, entre los cuales destacan los aumentos en las cotizaciones internacionales de aceites vegetales, productos cárnicos y azúcar, que compensaron el descenso de los precios de los cereales.
Haciendo un desglose más detallado, el índice de precios de los cereales presentó un decremento del 3,8% con respecto a junio. Los precios mundiales de los cereales principales para la exportación disminuyeron por segundo mes consecutivo, afectados por una mayor disponibilidad estacional derivada de las cosechas de invierno en curso en el hemisferio norte, en combinación con las favorables condiciones agrícolas en Canadá y los Estados Unidos.
En contrapartida, las cotizaciones del aceite vegetal reflejaron un incremento del 2,4% respecto al mes precedente, alcanzado su nivel más elevado de los últimos dieciocho meses. Este aumento fue condujido por la sólida demanda del aceite de soja en el sector de los biocombustibles y por el deterioro de las perspectivas sobre los cultivos de colza y girasol.
Por su parte, el índice de precios de la carne mostró un crecimiento del 1,2% en julio, propiciado sobre todo por la fuerte demanda importadora de carne de ovino, de aves de corral y de bovino.
En último lugar, cabe destacar que el precio del azúcar experimentó un ligero incremento del 0,7% intermensual en relación a junio. Por el contrario, el precio de los productos lácteos se mantuvo invariable, dada la compensación entre el descenso en los precios de las leches en polvo y el aumento en la cotización de la mantequilla y del queso.
Estos datos de la FAO subrayan la influencia de las fluctuaciones de distintos factores en la economía globalizada y su impacto en los precios de los alimentos a nivel mundial. Esta realidad ilustra la importancia de mantener un seguimiento continuo y riguroso del sector agroalimentario global para prever tendencias y asegurar la estabilidad de los mercados.