En este Día Internacional del Trabajo, el sector agrícola español levanta la voz a través de los sindicatos UGT y CCOO, quienes han establecido una serie de reivindicaciones clave que apuntan a mejorar las condiciones laborales en el campo. Entre estas demandas destaca la necesidad de una drástica reducción de la temporalidad, un ajuste de salarios y un enlace entre las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y el respeto a los derechos laborales.
El escenario laboral actual
La situación laboral en el sector agrícola presenta grandes desafíos. Según la Encuesta de Población Activa, la agricultura cerró 2024 con un 7,13 % menos de trabajadores en comparación con el año anterior. Este panorama suscita una serie de preocupaciones sobre la estabilidad de los empleos en el sector.
Los representantes sindicales han señalado que, en el último año, han habido tanto avances como retrocesos en las condiciones laborales, resaltando la urgencia de pactar un convenio estatal que aborde estas problemáticas de manera más efectiva.
Desafíos de la temporalidad
Una de las principales preocupaciones radica en la alta temporalidad de los contratos laborales. Sebastián Serena, secretario del sector de alimentación de FICA-UGT, y Vicente Jiménez, responsable del sector agrario de CCOO Industria, han señalado que la nueva normativa que permite la ampliación de los contratos temporales agrarios de 90 a 120 días representa un retroceso significativo.
«Los contratos fijos van a disminuir y la temporalidad va a aumentar. Esto socava gran parte de la reforma laboral», afirma Serena, quien insiste en que se deben establecer contratos fijos o fijos discontinuos para asegurar una mayor estabilidad en el empleo.
Convenio estatal del campo
Los sindicatos han puesto énfasis en que actualmente se está negociando un convenio estatal del campo, siendo los convenios provinciales los que rigen en este momento. Sin embargo, las conversaciones con las patronales avanzan a un ritmo lento, aunque se han logrado algunos acuerdos, como un protocolo contra el calor y otro en proceso para combatir el acoso laboral.
Para Jiménez, un convenio estatal es esencial para homogeneizar las condiciones laborales en todo el país, un hecho que ya se observa en otros sectores laborales.
Condiciones vinculadas a la PAC
Uno de los cambios más significativos en la actual PAC es su nueva condicionalidad social. Este vínculo entre subvenciones y el respeto a los derechos laborales se acompaña de sanciones que se aplican en caso de incumplimiento. Sin embargo, los sindicatos aún desconocen el verdadero alcance de estas penalizaciones y plantean la necesidad de una mejor coordinación entre la Inspección de Trabajo y el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), que es el encargado de abonar las ayudas de la PAC.
Reducción de la jornada laboral y salarios
Un punto de interés destacado por Jiménez es la posible reducción de la jornada laboral que está preparando el Ministerio de Trabajo, un cambio que podría presentarse próximamente en el Consejo de Ministros. Tal reducción, de implementarse, ayudaría a incrementar los salarios en el sector agrícola, dada la estructura de pago por hora que maneja el salario mínimo interprofesional o el salario del convenio.
Asimismo, Jiménez ha mencionado que en el último año se han registrado mejoras salariales, con un incremento que oscila entre el 4,3 % y el 4,4 %. Sin embargo, subraya que muchos convenios en agricultura no alcanzan los estándares de otros sectores, lo que lleva a los trabajadores a buscar mejores condiciones en otros ámbitos laborales.
Las reivindicaciones de los sindicatos son un reflejo de la necesidad urgente de mejorar las condiciones laborales en el campo español. Con el horizonte de un convenio estatal y reformas potenciales en la jornada laboral, los trabajadores del sector esperan que sus demandas sean escuchadas y atendidas. ¿Estamos realmente dispuestos a dar un paso hacia un futuro más justo y sostenible en la agricultura? La respuesta a esa pregunta puede definir el rumbo de esta vital industria.