La emblemática isla del sur de Italia, Sicilia, está atravesando la peor sequía de su historia, afectando gravemente sus sectores agrícola y ganadero, ejes vitales en su economía. La crisis del cambio climático y el calentamiento global han golpeado a Sicilia de manera contundente, declarando un estado de emergencia por los niveles históricos de sequía y las condiciones climáticas extremas que se han desarrollado en el último año.
Ganaderos y empleadores están siendo puestos al límite de sus posibilidades, luchando cada noche por mantener sus actividades y sostener la economía local. Por ejemplo, Giovanni Impiccichè, quien está a cargo de 700 ovejas, tiene que recorrer largas distancias para proveerles de agua y alimento, arrastrando costes adicionales consigo.
La falta de agua no solo afecta a los humanos y a los animales, sino también a los cultivos que conforman el sustento de muchos agricultores sicilianos. En el contexto de la sequía, la producción de cítricos y hortalizas ha experimentado una disminución del 50%, y la producción de trigo ha caído aún más, estimando una reducción del 75%. El panorama parece desolador teniendo en cuenta la escasez de ayuda del gobierno central y regional.
Uno de los símbolos de la situación hídrica desastrosa es el lago Pergusa, la única laguna natural de Sicilia, que ha quedado casi completamente seco. En paralelo, la proliferación de temperaturas récord durante 2021, alcanzando los 48,8 grados, y la perspectiva de otra ola de calor intensa para esta semana, prometen acelerar la desertificación de la isla.
La situación de emergencia en Sicilia no solo pone en riesgo el modus vivendi de sus habitantes, sino que también amenaza con redefinir la estructura económica de la isla. Las condiciones climatológicas están provocando el colapso de su sistema económico, donde la mitad de las haciendas se encuentran en pérdidas superiores a sus beneficios. Esta situación motiva a cada vez más personas a abandonar el sector o incluso a emigrar, socavando el tejido social y económico de la región.
La situación en Sicilia es tan solo un ejemplo más de cómo el cambio climático está afectando irreversiblemente a las economías y al estilo de vida de muchas regiones a nivel mundial. El futuro parece incierto y enormemente desafiante para la isla, donde el cambio climático está dejando marcas irreversibles que repercuten en la vida cotidiana de sus habitantes.