David Clarinval, el ministro belga de Agricultura y actual presidente del Consejo de la Unión Europea, defiende que la crisis agrícola en Europa requiere una gestión más proactiva. Clarinval sostuvo que los métodos actuales no tienen en cuenta los imprevistos a los que los agricultores se enfrentan a menudo, como los riesgos climáticos. La Política Agrícola Común podría hacer un mejor trabajo de dar respuesta a estas eventualidades, según su punto de vista.
Estas declaraciones se dieron durante una reunión de ministros de Agricultura de la UE en Bruselas, donde se debatieron las medidas a tomar en respuesta a las protestas de los agricultores, así como el futuro de la gestión de crisis en el campo, especialmente las provocadas por desastres naturales.
El ministro belga hizo hincapié en que «el futuro el sector agrícola tendrá que enfrentarse a ‘otras crisis'», y destacó que, con los cambios radicales que ha experimentado el mundo desde la adopción de la PAC, es necesario adoptar una gestión de crisis flexible y más preventiva, donde la investigación y la innovación desempeñen un papel crucial.
La comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, también se pronunció al respecto, afirmando que los riesgos y crisis en el sector agrícola probablemente se intensificarán en lugar de disminuir. Por tanto, es vital ser proactivos y preparados en lugar de solamente reactivos y obligados a reparar los daños posteriormente. Para McGuinness, es crucial ofrecer a los agricultores predictibilidad y estabilidad durante estos tiempos de incertidumbre.
En la misma reunión, a petición de Austria, se abordó la cuestión de las poblaciones de los grandes carnívoros en Europa, como los lobos y osos. En este sentido, Clarinval señaló que «aún no hay mayoría cualificada para poder avanzar» en la propuesta de la Comisión Europea de modificar el estatuto de protección del lobo de “estrictamente protegido” a únicamente “protegido”. Sin embargo, también indicó que entre los ministros de Agricultura, la mayoría está a favor de revisar dicho nivel de protección.
Este tema ha cobrado relevancia en las últimas dos décadas debido al incremento considerable de las poblaciones loberas, especialmente en ciertos territorios de la UE donde los ataques al ganado son cada vez más frecuentes.