El Comité de Crisis Veterinario ha hecho un llamado urgente a la atención del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. En una rueda de prensa celebrada en Madrid, el Comité, que agrupa a diversas entidades del ámbito veterinario, expresó su fuerte descontento por la falta de diálogo y cooperación por parte de los ministerios de Agricultura y Sanidad. Esto ha llevado al colectivo a planear una protesta frente al Congreso de los Diputados, cuya fecha aún no se ha definido.
Demandas del colectivo veterinario
El principal reclamo de los veterinarios es la derogación del Real Decreto 666/2023, que rige la prescripción y uso de medicamentos veterinarios. Argumentan que este decreto incrementa la burocracia, limita el desempeño de sus funciones y, lo que es aún más preocupante, pone en riesgo la salud animal y la salud pública.
Gonzalo Moreno, vicepresidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, subrayó la importancia de escuchar a los veterinarios. Según él, el respeto que el ministro afirmó tener por el colectivo se demostraría de forma más efectiva mediante el diálogo y la atención a sus preocupaciones. “No hay mejor señal de respeto que escuchar a los veterinarios,” dijo Moreno, haciendo eco de la frustración acumulada ante la falta de respuestas.
Críticas a la normativa actual
Durante la rueda de prensa, se destacó que la actual legislación en España hace una “interpretación restrictiva” de las normativas de la Unión Europea en cuanto a la veterinaria. Moreno señaló que el Real Decreto mencionado va más allá de lo que exige la normativa comunitaria, generando así un entorno legal que complica aún más el trabajo cotidiano de los veterinarios.
Otro punto de controversia es la herramienta PresVet, que desde el 2 de enero establece un registro obligatorio de todos los antibióticos administrados a los animales de compañía. “Esta exigencia no está contemplada en la normativa europea,” advirtió Moreno, quien también criticó que esta herramienta no emplea las unidades estándar de medida recomendadas por la EMA y no proporciona información adicional relevante, dado que ya existe un sistema de control en España llamado Esuavet.
Burocracia y acceso a medicamentos
Los veterinarios han manifestado su preocupación no solo por la burocracia, que consideran excesiva, sino también por el impacto que estas regulaciones tienen en los tratamientos de los animales. Según sus declaraciones, la imposibilidad de suministrar medicamentos directamente a los animales ha creado un “desabastecimiento” en las farmacias, obligando a los dueños de mascotas a realizar largas travesías en busca de los tratamientos que sus animales necesitan. Esto representa un claro riesgo de retraso en la atención médica.
Además, se ha aclarado que no existe un interés económico detrás de la entrega de medicamentos por parte de las clínicas veterinarias. “No solicitamos la dispensación de medicamentos porque no somos farmacéuticos y queremos centrarnos en lo que sabemos: cuidar a los animales,” enfatizó Moreno, cuestionando el sentido de que un veterinario deba vender unas pocas pastillas.
Movilización y futuro de la profesión
Manuel Martínez, presidente de la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (Fesvet), también participó en la rueda de prensa destacando la urgencia de la situación. “Hemos puesto pie en pared porque es insostenible lo que está ocurriendo actualmente. La falta de atención de ambos ministerios es inaceptable,” expresó Martínez. Desde Fesvet están comprometidos a apoyar las movilizaciones necesarias para asegurar que sus voces sean escuchadas, explorando todas las opciones disponibles para lograr sus objetivos.
Los veterinarios, junto con los dueños de mascotas, están convocando a concentraciones ante delegaciones gubernamentales el próximo 26 de marzo, mientras esperan definir la fecha de su protesta frente al Congreso. Se prevén también “pequeñas acciones” en las próximas semanas para mantener la presión sobre las autoridades.
La situación actual no solo pone de manifiesto el malestar de un colectivo profesional, sino que también refleja la necesidad de una revisión más profunda de las regulaciones que afectan la salud animal en España. Este es un momento crítico para los veterinarios y sus pacientes, y es fundamental que el diálogo y la colaboración prevalezcan en la búsqueda de soluciones efectivas y basadas en la ciencia. Queda claro que sin la participación activa de los profesionales en la formulación de políticas que les afectan, resulta difícil alcanzar un equilibrio que beneficie a todos los involucrados en el cuidado de la salud animal.