La decisión del acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos en el punto de mira del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
La semana pasada, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea recibió una solicitud de la Abogada General. La croata Tamara Capeta pidió que se anule el acuerdo pesquero entre la Unión Europea (UE) y Marruecos. Esto se debe a que considera que la decisión no tiene en cuenta la distinción entre el territorio del Sáhara Occidental y las aguas adyacentes, tratándolos como si fueran intrínsecamente parte de Marruecos.
El argumento de Capeta se basa en que «El Consejo (Estados miembros) no respetó el derecho a la autodeterminación del pueblo de Sáhara Occidental». Así lo expuso en unas conclusiones que se publicaron recientemente. Por ello, sostiene que el acuerdo pesquero no debe ser considerado válido en su totalidad, debido a esta falta de reconocimiento de las diferencias geopolíticas.
Es importante señalar que Marruecos ha mantenido un control político en el territorio del Sáhara Occidental desde 1975, sin que haya un reconocimiento internacional generalizado de su soberanía sobre estas tierras. De hecho, la mayoría de los países, incluidos los miembros de la UE, consideran al Sáhara Occidental como un territorio no autónomo cuyo estatuto final aún debe ser decidido.
La petición de la Abogada General ha sido una sorpresa para muchos miembros de la UE. El acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos ha sido un pilar importante en las relaciones entre ambas partes durante muchos años, permitiendo a los pescadores de la UE operar en los caladeros marroquíes y viceversa.
A pesar de todo, es crucial entender que la opinión del Abogado General no es vinculante. No obstante, el Tribunal de Justicia normalmente tiene en cuenta su asesoramiento la mayor parte de las veces. Así que, si finalmente se decide anular el acuerdo pesquero, podría tener serias implicaciones en las relaciones entre la UE y Marruecos, además de afectar al sector pesquero de ambos.
Este caso pone en evidencia la preocupación creciente por la legitimidad y equidad de los acuerdos comerciales, y la importancia de que estos respeten los derechos humanos y el derecho internacional. En un mundo cada vez más interconectado, la justicia y la equidad cobran un papel cada vez más relevante en las relaciones internacionales.
