El Consejo de la Unión Europea (UE) ha dado luz verde a un acuerdo significativo que define las posibilidades de pesca para el año 2025, regulando el acceso a las aguas compartidas entre el bloque comunitario y el Reino Unido. Este acuerdo, que se selló el pasado viernes, representa un avance sustancial en la gestión de las poblaciones de pescado y las cuotas de captura.
Detalles clave del acuerdo de pesca
En concreto, el pacto abarca más de 80 totales admisibles de capturas o TAC, que son las cantidades máximas de peces que se pueden pescar en áreas específicas. Estas cifras se gestionan de forma conjunta entre la UE y el Reino Unido, lo que resalta la importancia de la cooperación internacional en la gestión sostenible de los recursos pesqueros.
La Comisión Europea (CE) ha informado que el acuerdo garantiza 428.000 toneladas para la flota del club comunitario, lo que se traduce en un valor aproximado de 1.400 millones de euros, basado en los precios mayoristas históricos de la UE ajustados a la inflación. Este acuerdo no solo tiene implicaciones económicas, sino que también es vital para la sostenibilidad de las poblaciones pesqueras.
Impacto en las poblaciones de pescado
Un elemento destacado presentado por la CE es la importancia de que las poblaciones negociadas son mayormente relevantes para la UE en países no pertenecientes a la Unión Europea en el Atlántico nororiental. Es fundamental recordar que la pesca es un sector clave que sostiene muchas economías locales y asegura la producción alimentaria.
Además, el pacto establece un acceso recíproco a las aguas para la pesca del atún blanco, lo que indica un enfoque integral en la gestión de este recurso compartido. Estos acuerdos permiten a los pescadores aprovechar de manera equilibrada los recursos, siempre considerando la sostenibilidad ambiental.
Consideraciones socioeconómicas en la gestión pesquera
Bruselas ha afirmado que las negociaciones se fundamentaron en el “mejor asesoramiento científico disponible” sobre el estado de las poblaciones de peces. Esto es crucial, ya que asegurarse de que la ciencia guíe las decisiones ayuda a evitar la sobreexplotación de las especies. También se tuvieron en cuenta consideraciones socioeconómicas para prevenir situaciones críticas que pudieran llevar al cierre anticipado de determinadas pesquerías.
En este contexto, el Consejo de la UE ha subrayado que, para las poblaciones donde se recomendó detener la pesca, se acordó establecer TAC para las capturas accesorias. Esto es esencial para gestionar de manera responsable las especies no objetivo que podrían ser capturadas de forma incidental, evitando el “estrangulamiento” de algunas pesquerías.
Acuerdos adicionales con Noruega
Aparte de las negociaciones con el Reino Unido, también se han cerrado acuerdos sobre la gestión de poblaciones compartidas entre la UE y Noruega en los estrechos de Skagerrak y Kattegat. Dentro de estas negociaciones, el club comunitario recibirá 10.316 toneladas de bacalao del Ártico para 2025, mientras transferirá 81.750 toneladas de bacaladilla y 1.700 toneladas de camarón boreal a Noruega.
Estos acuerdos con Noruega refuerzan la flota de la UE, proporcionando mayores oportunidades de pesca en aguas noruegas, aunque la Comisión lamentó que no se lograra un acuerdo sobre el acceso a la bacaladilla y el arenque atlantoescandinavo. Sin embargo, las conversaciones sobre estas poblaciones continuarán buscando una solución rápida.
Además, se establecieron TAC para bacalao, eglefino, arenque, platija y merlán en el Skagerrak. La UE y Noruega han acordado seguir manteniendo restricciones en las capturas de arenque para proteger la recuperación del arenque del Báltico occidental, lo que resalta la importancia de un enfoque coordinado en la gestión pesquera.
Mirando hacia el futuro de la pesca en Europa
Estos acuerdos no son solo un tratado sobre cifras de capturas, sino que representan un paso hacia un modelo de pesca sostenible que podría servir como ejemplo para otros acuerdos a nivel global. Los ministros de Pesca de la UE están actualmente negociando más acuerdos para las aguas comunitarias del Atlántico y el Mediterráneo, lo que ofrece una oportunidad de reflexión sobre cómo se gestionan y aprovechan nuestros recursos marinos.
A medida que avanzamos, es vital considerar no solo la cantidad de pescado que se puede capturar, sino también el impacto ambiental de nuestras acciones. La sostenibilidad en la pesca no es solo una necesidad para las generaciones futuras, sino que también es un compromiso con la salud de nuestros océanos y la economía de quienes dependen de ellos. La colaboración y el respeto mutuo entre los países seguirán siendo cruciales en estas decisiones que afectan a todos.








