En medio de la creciente preocupación de los españoles por el acceso a la vivienda, un fenómeno ha empezado a ganar terreno: la adquisición de aldeas enteras por mucho menos de lo que cuesta un piso en una gran ciudad. Ya es posible comprar una aldea en Segovia por aproximadamente la mitad del precio de un apartamento en Madrid. Y no solo eso, sino que incluso existe la opción de adquirir un conjunto rural en lugares idílicos como la Ribeira Sacra (Lugo) por menos de 40.000 euros.
Este fenómeno ha sido denominado por algunos como la venta de la «España vacía», debido al aumento de la venta de aldeas y pueblos abandonados, muchos de los cuales se encuentran en ruinas, pero otros han sido restaurados y se ofrecen a través de diferentes plataformas online. Estos espacios rurales pueden encontrarse tanto en portales inmobiliarios generales como en sitios web especializados en activos rurales.
Según Elvira Fafian, gerente de Aldeas Abandonadas, una inmobiliaria especializada en este tipo de ventas, este mercado ha experimentado un notable crecimiento en la última década, con un interés por la adquisición de estas propiedades que se ha cuadruplicado. Los datos indican que las compraventas han aumentado en torno al 7% en diez años, y los precios han subido más de un 30% en tres años, en línea con el incremento general del país.
En su mayoría, estas propiedades provienen de herencias, pero también son vendidas por promotores y cooperativas. A pesar de la variedad de compradores potenciales –que abarcan desde empresas y autónomos hasta particulares y fundaciones–, muchos interesados tienden a desistir al enfrentarse a la realidad del mundo rural. La mayoría de las veces, las adquisiciones son impulsadas por una variedad de motivaciones, desde inversiones en turismo rural y proyectos agrarios hasta movimientos familiares hacia una vida más rural.
Sin embargo, no todo es tan fácil como parece. Aunque se pueda vender un pueblo o una aldea, estas ventas no incluyen las zonas públicas de los municipios, que siguen siendo propiedad de los ayuntamientos regidos por un gobierno local. Así, tan solo se pueden vender los terrenos y edificaciones que son propiedad del vendedor, algo que puntualiza la Federación Española de Municipios y Provincias.
A pesar de las dificultades, el interés por el mundo rural y la idea de «repoblar» estas zonas no es nuevo y no está motivado únicamente por el drástico aumento de los precios de la vivienda en la ciudad. Proyectos como volveralpueblo.com, impulsado por la Confederación de Centros de Desarrollo Rural, han facilitado que cientos de familias se trasladen a estas zonas en los últimos años. Así, a pesar de los escollos y las dificultades planteadas por la despoblación, cada vez más personas están dispuestas a hacer frente y apostar por una vida en el mundo rural.