La reciente exploración del ámbito de la agricultura urbana por parte del Institut Català de Recerca de l’Aigua (Icra-Cerca) desvela un horizonte prometedor en la mitigación de desafíos urbanos contemporáneos. Enfocado en la ciudad de Sant Feliu de Llobregat, Barcelona, el estudio destaca la potencialidad de esta forma de agricultura en la creación de empleo y el abastecimiento de alimentos frescos a la población urbana.
- Generación de Empleo y Provisión de Alimentos: Los hallazgos sugieren que la agricultura urbana podría engendrar hasta 3.500 empleos, satisfaciendo el 50% de la demanda de productos frescos en la ciudad. Esta dualidad económica y nutricional refleja una sinergia que puede ser esencial para el equilibrio urbano.
- Mitigación de Riesgos Ambientales: La investigación también resalta cómo la agricultura urbana puede jugar un papel significativo en la reducción de riesgos de inundación. Mejora la infiltración del suelo y la retención de agua, incentivando además la implementación de sistemas de captación de agua de lluvia.
- Beneficios Ecológicos Adicionales: La reducción del efecto isla de calor urbano, el acceso a espacios verdes de calidad y la mejora de la calidad del aire mediante la fijación de partículas contaminantes, son algunos de los beneficios ambientales asociados.
Publicada en la revista científica ‘Landscape and Urban Planning’, la investigación ha sido una colaboración entre los científicos de Icra y la Universidad de Liubliana. A pesar de ser un estudio localizado, los autores enfatizan la extrapolación de los resultados a otras ciudades medianas de la geografía catalana y del norte del Mediterráneo.
Los investigadores ven una oportunidad tangible para los gobiernos locales y regionales en la consideración de la agricultura urbana como un vector de transición ecológica. En una era donde la sostenibilidad no es solo deseable sino imperativa, las ciudades buscando estrategias de planificación renovadas podrían encontrar en la agricultura urbana una respuesta pragmática y beneficiosa a largo plazo. La resonancia de este estudio podría ser un catalizador para una reflexión más profunda sobre cómo las políticas agrícolas urbanas pueden ser integradas en la infraestructura y planificación urbana para un futuro más sostenible y resiliente.
