La industria española del aceite de oliva se haya ante un horizonte de escasez de suministro a medida que avanza la presente campaña. Las cooperativas auguran un déficit de producto en la segunda mitad de este ciclo que se extiende hasta septiembre, si bien las lluvias de marzo ofrecen un atisbo de optimismo para la próxima temporada.
El Consejo Sectorial de Aceite de Oliva de Cooperativas Agroalimentarias de España ha examinado la dinámica del mercado después de seis meses de campaña, y la posible evolución hasta que los nuevos aceites lleguen a mediados de noviembre. El organismo ha pronosticado que se producirá un desabastecimiento de aceite de oliva para satisfacer las demandas del mercado durante la segunda mitad de la campaña 2023-2024, en circunstancias similares a las de la temporada anterior.
De acuerdo con las cifras más recientes, la disponibilidad de aceite en este trimestre no superará las 560.000 toneladas con un stock de 200.000 toneladas para cubrir los meses de octubre y noviembre. Esto equivale a la disponibilidad durante la campaña anterior, que tuvo una producción menor, pero las existencias de enlace superaron las 450.000 toneladas.
Se espera que las importaciones se mantengan alrededor de las 211.000 toneladas, en medio de bajos stocks en los países productores y las dificultades para exportar por parte de algunos como Turquía y Marruecos.
El consejo sectorial ha sostenido que las lluvias generalizadas de marzo han aliviado al sector del olivar y han avivado las expectativas para la próxima campaña. Sin embargo, es temprano para pronosticar las producciones, que se verán influenciadas por las condiciones climatológicas de la primavera, que por ahora han iniciado con temperaturas más cálidas de lo usual para abril.
Frente a este contexto de escasez de aceite, las cooperativas han mantenido que «la ley de la oferta y la demanda regulará los precios», tal como ya sucedió durante el verano y otoño de 2023. Las entidades se han comprometido a continuar trabajando con el resto del sector a través de la interprofesional para mantener la confianza del consumidor. Este panorama demuestra el delicado equilibrio que manejan los productores en el sector del aceite de oliva ante la variabilidad del clima y las demandas del mercado global.
