Argentina, considerado uno de los pilares fundamentales en el escenario de la producción y exportación agrícola global, ha comunicado la supresión total del sistema conocido como «volúmenes de equilibrio» para los cultivos de trigo y maíz. Esta notificación, emitida el viernes, vino junto con una resolución del Ministerio de Economía y ha sido publicada en el Boletín Oficial.
Con el objetivo de disipar una de las prácticas más distorsionadoras del mercado de commodities, la Secretaría de Bioeconomía ha respaldado esta derogación. La normativa en cuestión, establecida en el año 2022, definía cupos de exportación supuestamente diseñados para proteger el mercado interno. Sin embargo, imponía restricciones estrictas a las exportaciones de trigo y maíz que, en lugar de proteger a los productores y consumidores internos, creaban tensiones y desequilibrios entre los precios internos y externos.
La resolución recién publicada «eliminó este instrumento que imponía restricciones a las exportaciones», proporcionando claridad y eliminando incertidumbre. Esta plena liberalización del mercado de trigo y maíz es un gran paso adelante que se anticipa influirá positivamente en los productores argentinos, ya que los precios previos habían sido recortados artificialmente, reduciendo la producción, las exportaciones y dañando las relaciones con los principales socios comerciales del país.
Devolviendo los mercados de granos a su funcionamiento natural, la resolución ha sido reconocida como una medida necesaria que «demostró no ser efectiva para controlar el precio de los alimentos y generó resultados contrarios a los buscados», según la Secretaría de Bioeconomía.
Las últimas proyecciones otorgan a Argentina una producción de maíz de 47,5 millones de toneladas, y una producción de trigo de 14,5 millones de toneladas para la campaña 2023/24, de acuerdo a los datos brindados por la Bolsa de Comercio de Rosario.