El mundo agrícola ha recibido un respiro tras la decisión definitiva de los países de la Unión Europea de llevar a cabo reformas en la Política Agrícola Común (PAC), con el propósito de aliviar algunas exigencias y brindar mayor flexibilidad a los productores. Esta resolución llega después varios meses de protestas efectuadas por los agricultores en varios puntos de la Unión, quienes se encuentra en una situación crítica debido a la presión y dificultades del sector.
La aprobación formal de los ajustes ha sido ameritada, debido a la influencia de circunstancias geopolíticas, como los efectos derivados de la invasión rusa de Ucrania, y de fenómenos meteorológicos extremos. Serán las prácticas ambientales requeridas para recibir subsidios de la PAC las que experimentarán modificaciones, además de librar a las pequeñas explotaciones de ciertos controles y sanciones.
Con estas modificaciones, los agricultores tendrán la oportunidad de implementar de forma retroactiva algunas de las nuevas normas relativas a las condiciones ambientales para el año 2024. Según el Consejo de la Unión Europea, se ha conseguido un equilibrio cuidadoso entre la necesidad de mantener las ambiciones de sostenibilidad de la actual PAC y garantizar que las inquietudes de los productores sean tratadas de manera efectiva y expedita.
El Parlamento Europeo, por su parte, ya había dado su respaldo a esta reforma el pasado 24 de abril. Ahora se espera la firma de los representantes del Consejo y del Parlamento Europeo para publicar la normativa oficialmente y ponerla en vigor al día siguiente, probablemente para finales de mayo.
Estos cambios no solo suavizan las exigencias para los productores, sino también pretenden simplificar las reglas y disminuir la carga administrativa que enfrentan. Por ejemplo, los Estados miembros tendrán mayor libertad para decidir qué suelos proteger y en qué estaciones del año, teniendo en cuenta las particularidades nacionales y regionales.
En lo referente a la rotación de cultivos, seguirá siendo el método estándar, pero los países tendrán la posibilidad de adoptar la diversificación de cultivos como alternativa. Asimismo, los agricultores solo estarán obligados a conservar elementos no productivos como setos o árboles. Se incentivará de forma voluntaria a mantener terrenos en barbecho o a crear nuevos elementos no productivos mediante esquemas ecológicos.
Finalmente, se permitirá que los Estados miembros concedan exenciones temporales y específicas de ciertos requisitos de condicionalidad en caso de que las condiciones climáticas imprevistas impidan a los agricultores cumplirlas. En resumen, se trata de un gran avance en favor de los trabajadores del campo, quienes, con estas medidas, contarán con una mayor flexibilidad en sus tareas y podrán afrontar mejor los retos actuales.