La industria atunera española, que es referente en Europa y segunda a nivel mundial por su producción de conservas de atún, enfrenta diversos desafíos que van desde la competencia desleal generada por importaciones, en su mayoría provenientes de países asiáticos, hasta el estancamiento de precios a lo largo de dos décadas y la amenaza constante de la piratería. Este panorama fue expuesto detalladamente por Julio Morón, quien es director general de la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (Opagac) y presidente de la patronal de armadores Cepesca.
De acuerdo a Morón, el caso de los atuneros españoles es solo un modelo representativo de lo que sucede en el sector primario de la Unión Europea. Instancias en las que los agricultores y productores regionales se ven tensionados por las exigencias competitivas que no son aplicables a otras partes del mundo.
La desigualdad respecto a condiciones laborales y ambientales comparadas con las de países asiáticos, así como un urgente relevo generacional, son problemas críticos que están en el tintero para ser resueltos. Morón también hizo mención a problemas más graves como el precio estable del atún congelado que lleva sin fluctuar 20 años a pesar del incremento en los costos de explotación.
La flota de Opagac, que agrupa 47 buques atuneros cerqueros y nueve empresas armadoras, se encarga de la captura de 380.000 toneladas anuales, lo que representa el 10% de la pesca global de atunes tropicales en océanos como el Atlántico, Índico y Pacífico.
Mirando al futuro, la sostenibilidad ha sido uno de los pilares en la agenda de Opagac. Desde la organización se están tomando medidas para el avance en el etiquetado y la promoción de prácticas responsables de pesca, cuyo objetivo es que los consumidores puedan tener la certeza del origen de sus alimentos, no solo en términos geográficos, sino también de condiciones laborales y de respeto medioambiental.
La industria atunera española, aún con el mar en contra, continúa afrontando estos desafíos y se esfuerza por mejorar sus prácticas a favor de un futuro sostenible, siendo un ejemplo de resiliencia dentro de la Unión Europea.
