Los hogares españoles se enfrentan a un aumento en el costo de los alimentos, con una creciente demanda y precios que no se quedan atrás. Según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en su panel de consumo «La alimentación mes a mes» de marzo de 2024, los gastos domésticos en alimentación y bebidas aumentaron un 7,9 %, arrastrados por un incremento del 7,3 % en los precios medios en comparación con el año móvil anterior.
Durante ese período, la demanda en términos de abastecimiento doméstico creció un 0,5 %. En particular, el sector cárnico vio un aumento en su importancia en las cestas de los hogares, incorporando un 3,9% más de volumen. Esto se debió más que nada a un mayor consumo de segmentos de carne fresca y congelada, con un incremento del 5,3% y 19,0% respectivamente. El consumo de carne de pollo, vacuno y cerdo también aumentó, en contraste con una pérdida de relevancia de la carne fresca de conejo y ovino/caprino.
A pesar de las idas y venidas generales en la demanda, algunos productos experimentaron un declive en el consumo. Es el caso de los productos pesqueros y la leche líquida, que disminuyeron en un -0,8% y -1,3% respectivamente. Sin embargo, los hogares españoles incorporaron un 4,1% más de kilos de conservas de pescado y moluscos.
La tendencia de consumo también se trasladó a los alimentos frescos y las bebidas. Aquí se observó una leve subida en la demanda de hortalizas y patatas frescas. Sin embargo, los cítricos, como las naranjas y mandarinas, vieron un retroceso significativo en su demanda.
Las compras de vinos, cervezas, sidras, gaseosas y bebidas refrescantes, y bebidas espirituosas disminuyeron, siendo el agua de bebida envasada la única que logró un incremento (+3,4%).
Es notable señalar que los hogares redujeron un 4,6% la demanda de alimentos y bebidas para el abastecimiento doméstico en marzo de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Aun así, los precios medios aumentaron un 3,6%, lo que llevó a una contracción del 1,1% en el valor de las compras. El panorama plantea la necesidad de una adaptación a nuevas tendencias de consumo y un replanteamiento en las estrategias de precios de los alimentos en los hogares españoles a medida que la demanda y los precios continúan evolucionando.