En el panorama de la biotecnología aplicada a la apicultura se aprecia un avance importante. El equipo de investigadores del Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo, situado en Guadalajara, ha colaborado con la compañía norteamericana Dalan Animal para desarrollar la primera vacuna para abejas. Actualmente, están trabajando para que esta innovadora terapia pueda aplicarse en Europa.
Este centro, con una larga trayectoria como estandarte de la investigación apícola tanto en el plano nacional como internacional, forma parte del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha. Fue elección de Dalan Animal hace tres años para llevar a cabo la prueba y desarrollo de la primera vacuna de abejas.
Según detalló el doctor Mariano Higes, jefe del Departamento de Patología Apícola, el equipo trabaja activamente para la homologación del medicamento en Europa. Esto implica, entre otras cosas, la coordinación con la Agencia Europea del Medicamento y la Agencia Española del Medicamento.
Higes, al expresar la relevancia de la terapia, destacó que «este tipo de terapias abre la puerta a tratar otras enfermedades infecciosas y parasitarias de las abejas». Esto genera una línea de esperanza para enfocar modernamente a otras enfermedades y resultaría ser un avance crucial para el sector apícola.
En relación con el cambio climático, un factor que genera más estrés para las colonias, haciéndolas menos eficientes y resistentes, el doctor sugirió que la situación se complicará aún más y la investigación se convertirá en una clave para mantener el equilibrio entre las colonias de abejas y su medio ambiente.
Al margen de este innovador proyecto, el Centro de Marchamalo trabaja en la exploración de otros aspectos que influyen en la supervivencia y salud de las abejas, tales como el cambio climático, plaguicidas y la presencia de patógenos. Participa en un proyecto europeo junto a otros 16 centros de investigación de diversos países, y en otro de carácter internacional que evalúa el impacto del cambio climático en la apicultura del Mediterráneo. Además, está desarrollando otros proyectos para investigar otras problemáticas, como la varroa y los plaguicidas, y su posible daño a las abejas.
La investigación y el desarrollo de nuevas terapias para las enfermedades de las abejas son esenciales para garantizar la supervivencia de estos polinizadores. La salud y la eficiencia de las colonias de abejas son fundamentales para mantener el equilibrio de nuestro ecosistema, y la llegada de una vacuna para abejas se presenta como una herramienta prometedora para protegerlas.
