El valor y versatilidad de la Política Agrícola Común (PAC) ha sido recientemente resaltada por la Comisión Europea (CE), destacando cómo se ha comprometido una asignación de 8.600 millones de euros de 2014 a 2022 para sustentar actividades no agropecuarias en regiones rurales europeas. Estas cifras son una clara demostración de cómo la PAC fortalece no sólo la agricultura, sino también diversas empresas y comunidades en estas áreas.
De acuerdo con un estudio difundido recientemente, la CE argumenta que dichas aportaciones financieras han sido empleadas en proyectos de gran alcance, como la construcción de nuevas carreteras públicas o la implementación de soluciones de energías renovables. También se han dirigido estos fondos a la remodelación de casas abandonadas para convertirlas en centros comunitarios.
Las habilidades de la PAC no sólo se han demostrado en la financiación de mejoras físicas, sino también en la promoción de las tecnologías digitales. Se ha participado activamente en la creación de espacios que ofrecen servicios digitales a las comunidades rurales, facilitando de manera notable su desarrollo. Por otro lado, se han generado oportunidades para celebrar sesiones de formación, eventos deportivos, actuaciones o reuniones escolares locales.
Además, se ha dado especial importancia a los esfuerzos de apoyar la digitalización de operaciones de las autoridades rurales locales, la mejora de accesibilidad a los servicios, la promoción de la concienciación medioambiental y el respaldo a las empresas rurales emergentes en el desarrollo de tecnologías innovadoras.
Un protagonista esencial en estos logros ha sido el enfoque Leader, un método de desarrollo local que implica a los actores autóctonos en el diseño y ejecución de estrategias. Según la CE, Leader ha contribuido a crear casi 60.000 puestos de trabajo y más de 2.700 grupos de acción local que abarcan 170 millones de personas del medio rural.
El informe también analiza el papel de otros fondos comunitarios destinados a las zonas rurales entre 2014 y 2020, y resalta la creciente complejidad de las necesidades de estas zonas. Por ello, recomienda adoptar «planteamientos políticos holísticos» para mejorar aún más la orientación de la PAC y otros fondos de la UE hacia las zonas rurales en el futuro. De este modo, la salud y desarrollo de nuestras comunidades rurales se mantiene como un elemento esencial en la política económica y social europea.