El ámbito agroalimentario europeo se ve amenazado por tensiones comerciales ajenas al sector, como ha subrayado el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski. Pekín ha abierto recientemente una investigación por competencia desleal a la importación de productos porcinos europeos, una maniobra que se da tras la implementación de aranceles adicionales por parte de la Unión Europea (UE) a los vehículos eléctricos chinos.
Esta acción por parte de China provoca inquietud en la UE, siendo España uno de los potencialmente más afectados, dado que es el principal exportador del bloque en productos porcinos, con 7.500 millones de euros en 2023. Asimismo, la UE se destaca como el mayor exportador mundial de carne de cerdo y subproductos porcinos, en especial hacia Asia Oriental y, especialmente, a China.
La investigación china sobre el porcino europeo provoca «preocupación», expresó Wojciechowski, quien remarcó que un comercio «abierto» es «muy importante para la seguridad alimentaria». En una reunión reciente de ministros de Agricultura de la UE, varias delegaciones nacionales manifestaron sus inquietudes sobre la situación.
En el caso de Ucrania, se aplica desde junio una nueva extensión de la suspensión de aranceles a las importaciones que se envían al club comunitario desde el país. Con todo, se han incluido medidas de salvaguarda que permiten reintroducir aranceles a ciertas categorías de productos ucranianos ante niveles altos de importaciones. Estos llamados ‘frenos de emergencia’ pueden aplicarse a huevos, aves de corral, azúcar, avena, maíz, grañones y miel. Al momento, dichos frenos ya se aplican a avena, huevos y azúcar.
El ministro español de Agricultura, Luis Planas, resaltó en la reunión la necesidad de simplificar y reducir la carga burocrática en los programas de promoción de productos agroalimentarios. Según el ministro español, es preciso «mejorar la implementación de la política de promoción«, lo que implica aliviar la carga administrativa y simplificar la gestión de los programas.