En una celebración festiva de gran color que pinta el paisaje español, la septuagésima séptima edición de la Tomatina ha tenido lugar en el municipio valenciano de Buñol, una tradicional y mundialmente conocida ‘guerra’ con tomates. En esta singular celebración, más de 20.000 personas se congregaron para participar en el evento, que este año ha presentado como novedad la opción de una entrada VIP de 500 euros, lo que permite a los asistentes experimentar la fiesta desde uno de los camiones que lanzan los tomates.
A partir de las 12:00 horas, los camiones cargados con 120.000 kilos de tomates pera, maduros y blandos, suministrados por la empresa Frutas y Verduras Massanassa, de la localidad valenciana de Silla, empezaron a desplazarse lentamente por la principal arteria de Buñol para suministrar la munición no comestible pero perfectamente apta para ser lanzada.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el cielo estuvo nublado o parcialmente nublado durante el día, con una probabilidad de lluvia del 20%. Las temperaturas máximas podían llegar a los 30 grados durante la mañana.
En las horas previas al inicio de la Tomatina, la música llenó las calles del pueblo y los participantes, ataviados con camisetas blancas y gafas de buzo para protegerse del ácido de los tomates, aguardaron con ansias la señal de inicio de la contienda inofensiva.
A pesar de su fama internacional, es importante subrayar que la Tomatina nació en 1945 de la iniciativa espontánea de unos jóvenes locales. Hoy en día, personas llegadas de todas las partes del mundo pagan 15 euros por su entrada para participar en este festejo, que en 2002 fue declarado de Interés Turístico Internacional.
Cabe destacar la eficiencia del comando de limpieza tras la tomatera batalla, pues en pocos minutos las calles quedan completamente limpias y desinfectadas, gracias en parte al ácido de los tomates. Todo quedará dispuesto para la próxima edición de la Tomatina en 2025, manteniendo viva esta tradición única que sigue siendo un icono de las fiestas valencianas. Esta peculiar fiesta muestra la esencia lúdica y la imaginación de los valencianos, interpretando de manera festiva el concepto de batalla.