La cadena alimentaria española busca una mayor orientación al mercado para incrementar su competitividad. Así lo han manifestado distintos representantes de cada eslabón de la cadena, desde el sector primario hasta la distribución, en una reunión celebrada en el salón Alimentaria & Hostelco en Barcelona.
Destacando la importancia de una cadena «transparente y competitiva», Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), sugirió que una regulación justa, que disponga de base jurídica, es vital para evitar la competencia desleal, sin renunciar a la sostenibilidad frente a los retos ambientales.
Por otro lado, Ignacio García Magarzo, director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), insistió en la necesidad de una distribución que pueda responder de forma flexible y rápida a los cambios en las demandas de los consumidores. A su criterio, no basta con la regulación, sino que es necesaria una mayor integración y trabajo compartido.
En referencia a la crisis actual que enfrenta la agricultura, García Magarzo propuso estructuras más fuertes, orientación al mercado y la compartición de información entre los distintos eslabones de la cadena.
Además, subrayó que «las grandes tendencias en el gran consumo se elaboran pensando en otros mercados» y que existe el riesgo de perder el tren si nos distraemos con otros debates, considerando la decadencia demográfica del continente.
La Política Agraria Común (PAC), recordó Juan José Álvarez, secretario de organización de Asaja, representa un 30% de los ingresos de los agricultores, mientras que el 70% corresponde al mercado. Esto subraya la necesidad de que los actores que conforman la cadena estén unidos y puedan hablar ante los retos comunes.
Finalmente, Josep Puxeu, vicepresidente de la sección de Agricultura del Consejo Económico y Social Europeo (CESE), subrayó la importancia de informar al consumidor y evitar la competencia desleal de producciones de terceros países. Junto a él, José Miguel Soriano, socio de la consultora Andersen, impulsó la revisión de los tratados de libre comercio en la Unión Europea y la ley de la cadena alimentaria en España, dado los problemas que han surgido en su aplicación.
