A raíz del incremento de las altas temperaturas y la sequía, la conducta de los turistas rurales viene experimentando un claro viraje en sus preferencias de destino y alojamiento. Cerca del 55% de los viajeros han optado por modificaciones en sus planes y ahora favorecen los destinos con climas más frescos, siendo las regiones del Cantábrico y los Pirineos las más buscadas.
El informe de la plataforma de reservas Escapadarural.com y la certificadora Biosphere lo corrobora tras la encuesta realizada a alrededor de 2.500 individuos. Indica explícitamente que casi seis de cada diez personas evitarán zonas con temperaturas altas para sus reservas futuras, aunque para un 35 % de los consultados, este no es un factor determinante en su elección de destino.
En esta coyuntura, la zona norte de España con temperaturas más frescas, se convierte en el refugio más atractivo para aquellos que buscan huir de las olas de calor. Las regiones más favorecidas por esta tendencia son Asturias, Cantabria, Huesca, A Coruña y Girona.
Los alojamientos también adaptan sus servicios con el fin de ser más atractivos: el hecho de contar con aire acondicionado o ventiladores se ha vuelto determinante para el 50% de los consultados. Asimismo, tanto el acceso a actividades acuáticas (47%), como el contar con piscina (39%) son aspectos considerados en la selección de alojamiento. Los propietarios de alojamientos rurales han debido implementar cambios en un 42 % de los casos para ayudar a los huéspedes a combatir el calor en los últimos años.
La sostenibilidad también preocupa a los viajeros. De hecho, para un 62 % de ellos es un factor importante a la hora de planificar una escapada, para un 28 % es muy relevante y sólo para un 10 % es de poca importancia. Además, el 81% considera esencial que los alojamientos rurales implementen medidas sostenibles para mitigar los efectos del cambio climático.
En resumen, el cambio climático está afectando las preferencias de los viajeros rurales y la oferta hotelera. Los destinos de climas frescos y acciones sostenibles parecen ser los ganadores emergentes en este nuevo contexto. En este sentido, el sector del turismo rural muestra su fortaleza y habilidad de adaptación a los nuevos desafíos del entorno.