El cierre de la compañía Cervezas La Virgen supone un duro golpe para el mundo de las cervezas artesanales. Las veinticuatro horas que sigue a la noticia del cierre de la empresa madrileña han revelado las profundas dificultades en las que se encuentra el sector de las microcervecerías al enfrentarse a una pandemia que no da tregua y, encima de todo, a una económica complicada agravada por la inflación, los incrementos en los costes de producción y los habituales problemas de suministro.
La Asociación de Cerveceros de España ha informado que han sufrido una pérdida del 35% de los centros de producción de cervezas artesanales desde el año 2019 hasta el 2022. Este dato es especialmente preocupante si consideramos que por definición, una cervecería se considera artesanal si produce menos de 50.000 hectolitros al año.
De hecho, la crisis pandémica y, ahora, la guerra en Ucrania han impactado de manera drástica a este sector que vivió un aumento en su producción de cerca de 80% en los años previos al Covid-19. En 2020, se constató un descenso del 21,89% en la producción de cerveza artesanal, descendiendo aún más con las consecuencias económicas de la tensión geopolítica del este de Europa.
El presidente de la Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes (Aecai), Javier Donate, ilustra la problemática señalando que estas empresas artesanales llevan «toda la estructura de una empresa grande, siendo pequeñitos». Esta realidad se traduce en altos costos de gestión y producción que son especialmente difíciles de llevar durante una crisis.
La cervecera madrileña Cervezas La Virgen, que pertenece al gigante cervecero belga AB InBev desde 2017, ha anunciado su decisión de cesar la actividad debido a la «compleja situación» para obtener permisos de ubicación y la «difícil situación financiera existente», que incluye el despido de sus 78 empleados.
Ante esta preocupante realidad, se alzan voces reclamando soluciones como la reducción de los impuestos especiales para estas pequeñas compañías o la aplicación del tipo superreducido de IVA al consumo en la hostelería.
Pese a todo, no todas son malas noticias para el sector cervecero. Según Cerveceros de España, el consumo de cerveza en 2022 alcanzaba su mayor cifra en 11 años, aunque todavía no haya llegado a los niveles pre-pandémicos. Esta realidad evidencia una vez más las desigualdades existentes entre las grandes compañías y las pequeñas empresas en un sector que, pese a todo, continua creciendo.