A medida que los agricultores en el mundo resisten la falta de soluciones duraderas a sus problemas, vemos cómo el hartazgo de estos trabajadores se propaga a través de protestas mundiales en respuesta a la baja rentabilidad y la competencia comercial y climática. Muchos agricultores se encuentran en un aprieto, lidiando con la carga burocrática y las mayores exigencias ambientales de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea (UE), en países como España, aunque el sistema agroalimentario y pesquero de este país aporta más del 10% del producto interior bruto (PIB).
Las reivindicaciones de los agricultores también incluyen la demanda de una revisión del Pacto Verde europeo en Italia, exigencias de precios de producción justos en Portugal, y críticas a la burocracia impuesta por la Comisión Europea al acceder a ayudas comunitarias en la República Checa. En economías emergentes como la India, los agricultores exigen garantías legales para establecer un Precio Mínimo de Venta para todas las cosechas, un sistema de protección frente a la inestabilidad del mercado.
La agricultura se encuentra en el corazón de las economías globales, siendo un contribuyente significativo al PIB en muchos países. En Francia, por ejemplo, el sector agroalimentario representa el 3.4% del PIB francés y los empleos de la actividad agrícola, un 2,6 % del total. En Italia, el sector agrícola representa el 3,8% del PIB, en Portugal era del 1,7% en 2023. Así, es evidente que el descontento y las demandas de los agricultores tienen implicaciones económicas graves en diversos entornos globales.
Las protestas agrícolas en el mundo han liderado el camino para destacar cómo los desafíos que enfrentan los agricultores están intensificados por la falta de medidas y soluciones propuestas. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que cada región tiene sus propias particularidades y desafíos específicos que necesitan ser entendidos y abordados. Por lo tanto, la movilización de los agricultores y las protestas resultantes son un fuerte reclamo de atención y acción de los actores relevantes, incluyendo gobiernos, organizaciones internacionales y la UE.