El panorama para el sector cárnico español es preocupante. Con una serie de eventos, como la sequía, los costes de producción en aumento y la falta de relevo generacional, la industria está atravesando una etapa de descenso en la producción que está amenazando uno de los pilares económicos del país. Esta industria representa el 2,7 % del Producto Interior Bruto.
En 2022 se llegó a un punto de inflexión con la producción de 7,6 millones de toneladas de carne, lo que supone un retroceso de casi el 2 % en comparación con los datos de 2021. Lamentablemente, en 2023 se continuó con esta tendencia y se produjo una nueva reducción del 2 % en volumen, quedando la producción en los 7,42 millones de toneladas.
El sector porcino es el principal responsable de esta caída en la producción. En la actualidad, España produce 300.000 toneladas menos que hace dos años, lo que significa un descenso del 6,4 % y nos deja por debajo de la barrera de los cinco millones de toneladas. Esto es en gran parte debido al impacto de la guerra en Ucrania, que disparó los costes de las materias primas. Se han sumado a esta situación problemas sanitarios que han incrementado la mortalidad del ganado y dificultades para abrir nuevas granjas.
La producción de carne de vacuno también ha sufrido un retroceso, aunque más desconcertante. En 2022 se registró un aumento de más del 2 %, pero en 2023 hubo una caída de más del 5 %. La sequía, la disminución de los apoyos de la Política Agrícola Común (PAC), el incremento en los costes de producción y diversos problemas sanitarios son algunos de los factores que explican este descenso.
Curiosamente, la producción de aves de corral parece ir en contra de la tendencia y ha aumentado en España. En los últimos dos años, ha crecido un 5,5 %, pero los expertos se muestran cautelosos porque los nuevos reglamentos europeos de transporte de productos cárnicos y la propuesta de la Comisión en bienestar animal podrían amenazar su futuro.
La producción de ovino y caprino ha sido la que ha sufrido el mayor descenso. Desde 2021, su producción ha disminuido un 11 %. Entre los factores que explican este descenso se encuentran la sequía y la subida en los costes del pienso y la paja. Además, hay que tener en cuenta el «abandono» de una parte «importante» de la actividad con ganaderos próximos a la jubilación que no encuentran relevo.
La concatenación de eventos a la que se enfrenta el sector cárnico español no parece tener fácil solución. Además, el desequilibrio entre los costes de producción y los precios pueden generar una crisis de producción de carne en España en los próximos años.
