El popular municipio de Buñol en Valencia se prepara para el último revuelo de su renombrada «Tomatina«, con ya casi 16.000 entradas prevendidas para unirse a esta celebración. Para este año, hay 20 reservas especializadas para acceder a los camiones desde donde se descargarán los tomates cuyo coste va a los 500 euros cada una.
Esta novedosa opción se ofrece como una experiencia alternativa para aquellos que deseen disfrutar del famoso festival desde un nuevo ángulo. Las entradas VIP dan derecho a subirse a los camiones y participar de forma más activa en la lanzada de tomates. Esta propuesta ofrece una visión auténtica de la Tomatina, similar a cómo la viven los locales de Buñol.
De las 22.000 entradas generales que se pusieron a la venta en junio por un precio de 15 euros, se han agotado ya cerca de 16.000, y el resto se venderá durante los días restantes mientras se acerca la fecha del evento.
Los individuos residentes en Buñol, parejas e hijos, y aquellos que poseen propiedades en el municipio, parejas e hijos, están exentos de pagar. Estos privilegiados reciben una entrada (pulsera) con un color distinguido de las entradas para la venta. Los lugareños residentes dentro del recinto del evento también pueden invitar hasta dos personas sin coste alguno.
Más de 120.000 kilos de tomates, procedentes de Valencia, han estado en almacenamiento en cámaras de frío durante el último mes para disponerse listos para el 28 de agosto. Estos tomates, que no son aptos para el consumo debido al tratamiento fitosanitario que reciben, serán el principal y colorido proyectil de este festival que multiplica por tres la población de Buñol en un solo día.
La Tomatina no es solo una festividad para valencianos, sino que recoge asistentes de multitud de nacionalidades. Las previsiones del pasado año revelan que el 14% de los asistentes eran británicos, el 10% indios, el 8% japoneses, el 7% estadounidenses y el 6% australianos.
Para Buñol, «es un orgullo ser el centro del mundo por un día con La Tomatina». Este evento tan significativo sitúa a las fuerzas de seguridad del Estado, vecinos, voluntarios y empresarios al límite en sus preparativos para que cada edición sea mejor que la anterior. Esta festividad es un baluarte del atractivo internacional de España, caracterizado por su colorida celebridad, seguridad sobresaliente y autenticidad cultural.