Desde este pasado domingo, la Unión Europea (UE) ha dirigido su atención hacia la ganadería intensiva con su renovada directiva de emisiones industriales. Esta directiva, que lleva en vigor desde 2010, ha sufrido una importante revisión que ha ampliado las obligaciones de cumplimiento a las granjas de aves de corral y cerdos, y establece las bases para que otros sectores como el vacuno lo hagan en un futuro próximo.
Según el texto de la norma, se requiere un mayor control de la actividad ganadera intensiva para «hacer frente» a la contaminación procedente de algunas actividades agroindustriales. Se reconoce que la cría de ganado provoca la liberación de importantes emisiones contaminantes, como el amoníaco, el metano, los nitratos y los gases de efecto invernadero.
Con la reforma, se reduce el umbral a partir del que las instalaciones de cría de cerdos y aves de corral están sometidas a control. Por ejemplo, ahora se requiere el control a las granjas de más de 1.200 cerdos de cría, en comparación con las 2.000 unidades de ganado que se exigía en la norma de 2010.
El objetivo de la UE sigue siendo claro pese las críticas recibidas en países como España: reducir en un 40% las emisiones de contaminantes atmosféricos para 2050, en comparación con los niveles de 2020. Sin embargo, esta norma excusa de estas obligaciones a las granjas de porcino ecológico, con baja carga ganadera o en extensivo, ya que se entiende que estas contribuyen positivamente a la protección del entorno.
El sector ganadero está consciente de que el incumplimiento continuado de estas obligaciones puede suponer un peligro para la salud humana y un riesgo significativo para el medio ambiente, y las autoridades pueden suspender el funcionamiento de las instalaciones infractoras. Además, se insta a los Estados miembros a establecer sanciones «efectivas, proporcionadas y disuasivas» para infractores.
En otro sentido, la directiva reflexiona sobre la cría de ganado vacuno. A pesar de no estar aún incluidos en las obligaciones, el Parlamento y el Consejo han solicitado a la Comisión que evalúe la necesidad de abordar exhaustivamente las emisiones procedentes de la cría de ganado bovino. Se espera un informe de evaluación para finales de 2026.
Finalmente, la nueva directiva promueve el intercambio de información entre los Estados miembro, las autoridades y los ciudadanos. Se plantea, para antes de mayo de 2026, una actualización de la normativa que establece el tipo, formato y frecuencia de la comunicación.