El arte de la almadraba, una técnica ancestral de pesca de atunes rojos, ha vuelto a hacerse presente en Barbate, Cádiz, con el estreno de la actual temporada de pesca. Esta técnica, que representa uno de los procedimientos pesqueros más tradicionales y antiguos, permite capturar el preciado atún rojo de manera respetuosa y sostenible.
La inauguración de la temporada tuvo lugar con la denominada «levantá», que se realizó aprovechando la pleamar, dando como resultado la captura de 30 impresionantes atunes rojos. Sorprendentemente, el ejemplar de mayor tamaño alcanzó los 380 kilos, una noticia que sin duda añade un toque de emoción al inicio de la temporada. Esta información fue suministrada por la compañía Petaca Chico, responsable de la comercialización de este apreciado pescado.
En esta fase del año, el estrecho de Gibraltar se convierte en un majestuoso paso para los atunes rojos salvajes que se encaminan hacia el Mediterráneo con el objetivo de desovar. En este contexto, las almadrabas de Barbate junto a las de Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa han comenzado con fuerza la temporada, aplicando sus destrezas y técnicas milenarias.
Por otro lado, es importante mencionar que la cuota asignada de pesca de atún rojo para España este año se ha establecido en 6.783,67 toneladas. En esta cuantía se incluyen a los 811 buques y almadrabas que forman parte del censo específico para la pesca de esta especie.
Más concretamente, las almadrabas gaditanas conservarán para la campaña del 2024 una cuota de pesca de atún rojo salvaje similar a la del año pasado, que fue de 1.475,92 toneladas. Cabe recordar que el año pasado se adquirieron más de 146 toneladas a otros pescadores, reforzando así el compromiso con las tradiciones pesqueras y con el cuidado de la especie.
Sin duda, la almadraba de Barbate y la pesca de atún rojo son un claro ejemplo de la arraigada cultura pesquera de España, que aún hoy sigue abogando por la sostenibilidad y el respeto a las técnicas más antiguas y tradicionales. Da gusto ver cómo vuela el asta, señal que indica el comienzo de una nueva «levantá», un arte que sigue más vivo que nunca.