El estado de las reservas hídricas españolas se encuentra en una situación delicada. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), se ha producido una disminución en el nivel de agua en los embalses, cayendo hasta un 65,9% de su capacidad total. Esta reducción, cercana al punto porcentual, representa una disminución en su almacenamiento de hasta 36.953 hectómetros cúbicos respecto a la semana pasada, que estaba en el 66,6 % de su capacidad total.
A pesar de las precipitaciones, que han afectado de manera significativa en toda la región española y especialmente en A Coruña, con 51,2 litros por metro cuadrado, la reserva ha caído 389 hectómetros cúbicos. Esta cantidad representa aproximadamente un 7% de la totalidad de la capacidad de los embalses.
En un desglose más detallado de la dinámica de las cuencas, el Miteco informa que las situadas en la parte sur del país han experimentado un ligero aumento en su almacenamiento. Entre ellas, las cuencas de Guadalete-Barbate han subido de un 30,6 a un 30,7%, la del Guadalquivir del 47,1 al 47,2% y la Mediterránea Andaluza del 31,1 al 31,4%. Además, destacar que en la del Segura han elevado su capacidad del 24,3 al 24,5%.
Pero en el norte, las tendencias son contrarias. Las cuencas de la zona septentrional han experimentado un descenso en sus reservas. En concreto, las del Cantábrico oriental han pasado de un 89% a un 86,3% y las del Cantábrico occidental han disminuido de un 89,6% a un 86,5%. También hay que destacar la cuenca de Miño-Sil, que ha descendido del 88% al 86,9%, la de Galicia costa del 84,9 al 80,6% y la del Duero del 92,5% al 91%.
Mientras tanto, las cuencas internas de Cataluña y las del País Vasco se mantienen en sus niveles previos, al 18,2% y al 90,5% respectivamente. Otros lugares como la cuenca del Ebro, la del Guadiana o la del Júcar también han visto ligeras reducciones respecto a semana pasada.
Estas fluctuaciones en la reserva hídrica son importantes para la planificación de las estrategias de gestión de agua a corto y medio plazo. En este sentido, es imprescindible continuar monitorizando el estado de estas cuencas para garantizar una distribución eficiente y sostenible de uno nuestros recursos más preciados.