El director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, Valentín Almansa, ha expresado su optimismo respecto a la reciente comunicación de la Comisión Europea acerca de la política agroalimentaria que tiene la intención de desarrollar. Almansa considera que este anuncio es una «buena noticia» ya que introduce una nueva «óptica» sobre el uso y la necesidad de fitosanitarios en la protección de cultivos y la salud animal.
Un enfoque necesario sobre fitosanitarios
En una entrevista reciente, Almansa ha subrayado la importancia de que la UE aborde el uso de fitosanitarios desde la perspectiva de la «necesidad de tener herramientas disponibles para luchar contra las plagas». Por primera vez, se observa un cambio en el discurso que reconoce la vitalidad de estos productos para garantizar la producción agrícola.
«Es una buena noticia porque por primera vez vemos que en una comunicación de la Comisión se aborda el problema de los fitosanitarios desde la óptica de la necesidad de utilizarlos», afirmó Almansa. Sin embargo, advirtió que el camino apenas comienza y será fundamental que esta perspectiva se traduzca en «propuestas concretas», incluyendo una posible modificación del reglamento 1107/2009 sobre la comercialización de fitosanitarios, que se considera «el origen del problema».
Reforzando controles fitosanitarios en frontera
Un aspecto crucial en la lucha contra las plagas radica en la política de control en fronteras. Almansa destacó la relevancia que la UE ha otorgado a esta materia desde 2019, cuando se implementó un nuevo reglamento de controles oficiales que establece que la sanidad vegetal debe ser tratada «al mismo nivel que la sanidad animal».
Desde esa fecha, se ha adoptado una normativa «muy dura» para garantizar la sanidad de los productos que entran a la UE. España, como parte de este esfuerzo, ha introducido controles efectivos, como la aplicación de tratamientos en frío a productos importados desde terceros países. «Si actualmente se detecta mucho producto infectado por plagas en frontera, es porque estamos controlando adecuadamente», añadió Almansa.
Bioprotección y salud animal
El director general también se refirió a la situación de la sanidad animal en el país. Hizo hincapié en la necesidad de estar alertas frente a la circulación de la gripe aviar en Europa. Aunque actualmente España no reporta muchos casos en aves silvestres ni en granjas, la presencia del virus en otros países europeos ha llevado al Gobierno a incrementar las medidas de bioseguridad y prevención.
“Es cierto que hay mucho virus circulando por Europa”, reconoció. Pero a pesar de la preocupación latente, Almansa aseguró que «no hay nada especial que nos haga estar más preocupados». En este contexto, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se mantiene vigilante ante la próxima temporada de circulación de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, que fundamentalmente afecta a cérvidos y ganado vacuno.
Gestión de enfermedades en el ganado
En relación a otras enfermedades, se habló sobre la tuberculosis bovina. Almansa mencionó que la incidencia de esta enfermedad sigue una tendencia «similares» a años anteriores, sin cambios drásticos. Esto refleja un abordaje “muy lento”, reconociendo que se espera obtener balance del reciente programa de control y erradicación que se implementó el año pasado.
Almansa también hizo hincapié en que “el virus está ahí”, lo que subraya la importancia de no bajar la guardia. Destacó que hasta el momento, gran parte del vacuno se ha inmunizado, lo que puede ayudar a contener la enfermedad, y hay vacunas disponibles para aquellos ganaderos que lo necesiten.
El panorama agroalimentario en Europa está en constante cambio y presenta desafíos que deben ser claramente enfrentados. La postura renovada de la Comisión Europea sobre fitosanitarios obliga a repensar cómo se gestionan y regulan las herramientas en el sector agroalimentario. No solo es una cuestión de control y prevención, sino que también plantea un debate más amplio sobre la sostenibilidad de la agricultura y la seguridad alimentaria en el continente. La forma en que se desarrollen estas políticas en el futuro marcará la pauta de cómo enfrentamos los desafíos que plantea la producción agrícola.