Aprobada con firmeza en el Parlamento Europeo (PE), la reforma que aligera las demandas medioambientales de la Política Agrícola Común (PAC) ha sido recibida con entusiasmo, principalmente porque reduce la carga burocrática de agricultores y ganaderos. Se trata de una solución propuesta en respuesta a las protestas de estos sectores.
La reforma se consiguió con 425 votos a favor, frente a 130 en contra y 33 abstenciones. En un intento de agilizar la implementación de las medidas relativas a la agricultura y ganadería antes de las elecciones, se optó por utilizar el procedimiento de urgencia que evita las negociaciones sobre el expediente entre los Estados miembros y la Eurocámara, ambos colegisladores de la Unión Europea.
Estas modificaciones a la PAC son consecuencia de la luz verde concedida por los países miembros de la Unión Europea a finales de marzo.
La reforma se presenta como una vía para que los agricultores y ganaderos europeos puedan cumplir con los requisitos medioambientales de la PAC de una forma menos pesada desde el punto de vista burocrático. Esto significa, a grandes rasgos, que los profesionales de estos sectores podrán dedicar más tiempo y esfuerzo a su labor sin tener que lidiar con excesivas formalidades administrativas.
Por otro lado, estos cambios están en sintonía con las demandas de la sociedad, que pide un modelo de producción más verde, pero con menor presión para los agricultores y ganaderos.
En suma, será interesante observar cómo evoluciona la aplicación de esta reforma y cómo impactará en el día a día de nuestros agricultores y ganaderos. La palabra clave para esta transición posiblemente sea «equilibrio»: equilibrio entre economía y ecología, entre producción y protección, entre innovación y tradición.
