La exportación de alimentos españoles a China, con el cerdo a la cabeza, experimenta un declive. De hecho, la carne de porcino representa un peso significativo del 63% del total de exportaciones agroalimentarias a este país asiático. Esto reduce la presencia de otros productos como las bebidas, el pescado o los lácteos.
La investigación ‘antidumping’ que lleva a cabo China a las importaciones de porcino de la Unión Europea está dejando huella en el mercado agroalimentario español. En 2023, este producto fue el responsable de casi 1.187 millones de euros del total de 1.882 millones que España facturó en alimentos al gigante asiático.
Este peso contrasta con el 12,1% que representa la categoría «otros», que incluye pieles y cueros, azúcares y confitería, cacao y sus preparados. A mucha más distancia de la carne de porcino se sitúan las bebidas, que representan el 5,8% del total de la facturación (vino y cerveza son los más destacados), los pescados (5,7%), los lácteos (4,8 %) y los aceites y grasas (4,8 %).
La carne de cerdo española se hizo un hueco en el mercado chino tras la crisis de la peste porcina que azotó al país asiático en 2018, que llevó a que perdiera casi la mitad de su producción nacional. Sin embargo, a pesar de las cifras récord de exportación de 2020, con más de 2.500 millones de euros facturados solo en carne, la tendencia no ha sido positiva, con una caída del 66,3% en los últimos tres años.
Este panorama puede verse agravado con la irrupción de otros competidores, como Brasil y Argentina. Además, se advierte del posible impacto de la crisis de aranceles que, aunque afecta en principio al sector cárnico, puede extenderse a otras áreas de la industria agroalimentaria.
Las exportaciones agroalimentarias y pesqueras de España a China en 2023 supusieron el 2,7 % del total de las ventas españolas de este sector a nivel global, mientras que las importaciones del mismo origen son el 2,5 % del total de las compras.
La balanza agroalimentaria con China muestra un saldo a favor de 500 millones de euros, un 19,4 % más que el superávit del año anterior, pero un 57 % menos que el de 2019. Aunque China ocupa el noveno puesto entre los compradores mundiales de alimentos de España, la tendencia a la baja es clara, con una caída del 17,2 % en valor y del 36,3 % en volumen entre 2019 y 2023.
En contraposición, las importaciones, donde China es el undécimo proveedor de alimentos a España, han disminuido un 35,3 % en valor y un 32,4 % en volumen entre 2022 y 2023, pero aumentaron un 24,5 % en valor y un 13,3 % en volumen en los últimos cinco años.
En resumen, aunque es evidente el retroceso de España como exportador de alimentos a China, está por ver hasta qué punto se verán afectados otros sectores y cómo evolucionarán las relaciones comerciales entre ambos países en los próximos años.