El sector pesquero español está a punto de atravesar una etapa crítica con el fin del acuerdo pesquero vigente que mantiene con el país africano de Guinea Bisáu. Los buques pesqueros abandonarán este viernes el caladero estratégico ya que el actual convenio con la Unión Europea (UE) agota su vigencia a las 00.00 de esta noche y aún no hay un nuevo protocolo que lo reemplace. A pesar de que los negociadores de ambas partes han cerrado una renovación en mayo, el nuevo pacto no entrará en vigor hasta que finalicen los trámites y se ratifique por ambas partes, lo que podría tardar varios meses.
Este escenario supone un parón con serios impactos para las flotas andaluzas y gallegas que faenan en la zona atlántica de África. Durante la jornada del viernes los buques abandonarán las aguas guineanas y será una pausa considerable en la actividad pesquera. Así lo ha señalado a los medios el presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Pesca de Marisco (Anamar), José Ramón Muriel, quien arguye que según la administración española y comunitaria, no se aplicará el nuevo acuerdo por lo menos en cuatro o seis meses.
El acuerdo actual, que ha durado cinco años, ofrecía licencias para 54 buques españoles, una ventaja aprovechada por más de una veintena de barcos marisqueros, cefalopoderos y atuneros cerqueros congeladores. Como contrapartida, la UE ha pagado a Guinea Bisáu una suma de 15,6 millones de euros.
Los buques de la flota marisquera andaluza que se benefician de este acuerdo, se reubicarán en aguas de Mauritania. Sin embargo, dos embarcaciones podrían tener que amarrar debido a la falta de alternativas para seguir faenando. Esta situación no solo afecta al sector pesquero español, sino también a barcos de Portugal, Grecia, Italia, Lituania, Letonia y Polonia.
El escenario impone un dilema serio para la actividad pesquera española, que debe afrontar una reducción de sus caladeros útiles. La masificación de barcos en otros caladeros, se traduce en menos sitios para trabajar y repercusiones en la explotación de las capturas. De hecho, actualmente la UE solamente mantiene en vigor un acuerdo pesquero con Mauritania. Todavía no se conocen medidas de ayuda para la flota afectada por el cierre del caladero, pero las posibilidades de recepción son escasas.