Fontaneda, la célebre marca de galletas, ha encendido un faro de esperanza en medio del panorama de la disminución de las especies polinizadoras, especialmente en el noreste de España. Con la construcción de 20 hoteles de abejas, la empresa está haciendo un esfuerzo por dar a estos insectos vitales una oportunidad de supervivencia, y de paso, un golpe de mano a la conservación de la biodiversidad.
Los hoteles de abejas, que están siendo instalados cerca de los cultivos de trigo de Fontaneda, no son simplemente refugios de lujo para las abejas. Son, de hecho, puntos estratégicos que aseguran fuentes de alimento para los polinizadores mediante la plantación de flores melíferas. Este esfuerzo se alinea con el compromiso de la empresa de proteger la biodiversidad y la sostenibilidad de sus cultivos de trigo, y es una extensión de su participación en el Programa Harmony desde 2011.
No es ninguna novedad que las abejas y otros insectos polinizadores son fundamentales para la diversidad de las especies y la conservación de los ecosistemas naturales. Según la FAO, los insectos polinizadores son responsables de la polinización de más del 75% de los cultivos que alimentan a la población mundial. Sin embargo, un 40% de estas especies podrían estar amenazadas de extinción, principalmente por la falta de fuentes de alimento y hábitat.
En respuesta a esta realidad, Fontaneda ha diseñado estos hoteles de abejas con cerca de 6.000 agujeros, lo que permitirá a muchas especies -como polillas, mariposas o las mismas abejas- anidar y reproducirse. Hasta ahora, ya se han instalado diez hoteles y el resto se instalará durante el próximo año.
La acción de Fontaneda va más allá de la mera construcción de hoteles para abejas. Su estrategia de sostenibilidad también incluye la utilización de campos de cultivo de trigo Harmony, como parte de su compromiso con la creación de un mundo en el que el trigo de sus galletas se cultive en entornos prósperos y biodiversos. Además, la empresa ha anunciado su objetivo de cultivar el 100% del volumen de trigo necesario para producir sus galletas bajo prácticas de agricultura regenerativa, como parte de su programa Harmony Ambition 2030.
Este esfuerzo de Fontaneda, una iniciativa de Mondelēz International, es un claro ejemplo de cómo las empresas pueden liderar la lucha por la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad en la industria alimentaria. Es un paso adelante en la construcción de un futuro donde los alimentos que comemos se cultivan en un entorno que respeta y celebra la diversidad de la vida en nuestro planeta. Es, sin lugar a dudas, una decisión que esperamos inspire a más empresas a seguir este camino.
